El Parlamento polaco se divide ante un homenaje al Papa Pintadas en el monumento de Wojtyla en Cracovia
Un grupo de vándalos pintaron el miércoles un monumento que conmemora al fallecido Papa Juan Pablo II en su ciudad natal en el sur de Polonia, días antes de su canonización.
La policía circundó el monumento ubicado en el centro de Cracovia mientras trabajadores municipales trataban de limpiar la pintura. Las autoridades no hicieron comentarios sobre los posibles responsables o sus motivos para el acto de vandalismo.
Juan Pablo, que lideró a la Iglesia Católica desde 1978 hasta su fallecimiento en el 2005, será canonizado el domingo y sigue siendo para muchos católicos un modelo importante de fe y compromiso.
Muchos en su país natal lo consideran como uno de los polacos más importantes de la historia. Sin embargo, no es admirado universalmente por la sociedad polaca, y algunos liberales creen que impidió avances en temas como la anticoncepción, el aborto y la homosexualidad.

Parlamento dividido
El Parlamento polaco aprobó hoy una resolución en homenaje a Juan Pablo II con motivo de su próxima canonización, pero sin la unanimidad esperada, ya que los partidos minoritarios de izquierda y anticlerical se opusieron a un texto con referencias religiosas.
La resolución, aprobada tras un intenso debate, se refiere a Karol Wojtyla como "cabeza de la Iglesia universal y gran polaco".
En el texto, los diputados agradecen el papel decisivo de Juan Pablo II en el final del comunismo y la llegada de la libertad a Polonia, al tiempo que no olvidan su "gran autoridad moral como predicador del Evangelio de Jesucristo".
Los partidos minoritarios Alianza de Izquierda y Tu movimiento, este último de marcada tendencia anticlerical, se opusieron a la resolución, que finalmente no pudo ser aprobada por unanimidad, como pretendían sus impulsores, un grupo de diputados de centroderecha.
Para la Alianza de Izquierda y Tu movimiento, el Parlamento polaco no debe destacar actos religiosos, ya que se trata de una institución del Estado.
Estos legisladores defendían que el texto de homenaje se ciñera al legado político de Juan Pablo II, como uno de los principales artífices para eladvenimiento de la democracia a Polonia en 1989.
Los historiadores sostienen que la visita del papa a Polonia en 1979 supuso un acelerador para el cambio de Gobierno y la caída del comunismo.
Poco después nacía el sindicato Solidaridad, que siempre contó con el apoyo activo de Juan Pablo II, un respaldo que sirvió para dar a conocer el movimiento y a su líder, Lech Walesa, en la escena internacional.
El tributo de la cámara baja polaca se produce en vísperas de la canonización de Karol Wojtyla el próximo domingo. (RD/Agencias)