El autobús de los versos dolientes (4). TU CUERPO ES TEMPLO DE ORO



Mi amigo argentino Carlos Capelo escribió, en el post del pasado día 15, unas reflexiones sabias y fecundas:
"¡Es tan fácil ser ateo!, tan "racional", solo es difícil para aquel que ha sido educado en la fe, en cuyo caso el camino que lleva de lo uno a lo otro puede llegar a ser una verdadera agonía. Los que conservan un poco de misterio en el corazón pueden darse el lujo intelectual del agnosticismo. Lo curioso, en estos tiempos, es que parece haber una verdadera militancia en ambos casos, a veces, incluso, un poco burlona..."


Efectivamente, los que un día fueron bendecidos con una fe religiosa, y su experiencia fue feliz, pueden añorar a ratos aquellos tiempos de fervor y confianza, y hasta sentirse un poco culpables por haberlos perdido. Por eso, podría ser doloroso para ellos vivir conscientemente a espaldas de Dios, hasta llegar a generarse, por los íntimos claustros de su corazón, cierto resentimiento, cierta agresividad hacia todo lo que ya no se disfruta, y criticarlo agriamente... Como el autor de la réplica de la creación por Dios del primer hombre que preside estas líneas: la teología atea nos enseña que es, en realidad, el hombre quien ha creado a Dios...


EL AUTOBÚS CRISTIANO CONTRA EL AUTOBÚS ATEO



Puestos a jugar, ya se han metido los profesionales de la publicidad en la guerra de los autobuses. Aquí tenéis un cartel que anuncia la revista del corazón"pronto". El texto dice así:

Hay autobuses que nos preguntan
¿DIOS EXISTE O NO?
Este autobús te garantiza
que la revista "pronto" EXISTE


¿Adónde nos lleva esta ridícula batalla del bus cristiano versus el bus ateo, cada uno con su mochila de feroces palabras a la espalda? Se infantilizan ambas creencias en diálogo de sordos...

Pero, ¿sería más útil, más civilizado, sentarse a escuchar, con el alma de par en par abierta al otro? ¡Cuidado! A ver si, por carecer de columna vertebral bien calcificada, sea devorado el más ingenuo... Me parece interesante recordar la siguiente historia referida por Khalil Gibran que, seguro, nos va a impresionar positivamente a todos:

DISPUTAS

Érase una vez en la antigua ciudad de Afkar
dos eruditos, cada uno odiaba y despreciaba
la sabiduría del otro.


Uno de ellos, en efecto,
negaba la existencia de los dioses,
mientras que el otro era creyente.

Un día los dos se encontraron
en la plaza del mercado,
y en medio de sus secuaces
comenzaron a discutir
sobre la existencia o no existencia de los dioses.
Y tras horas de contienda se separaron.



Esa tarde el no creyente se fue al templo
y postrándose ante el altar
rogaba a los dioses
que perdonaran su pasado rebelde.
Y a esa misma hora el otro erudito,
el que sostenía la existencia de los dioses,
quemó sus libros sagrados.
En efecto, se había vuelto incrédulo.




NOSTALGIA DE LA FE



Nos asomamos a dos breves pero intensos poemas de Alejandro Duque y Francisco Brines. Huyó definitivamente la luz y descendió la noche. Del cuerpo joven ha de nacer, ya para siempre, la sombra... Nada será igual en el mágico escaparate de la tiniebla roja...



CRIATURAS DE LA LUZ

Mientras fue seguro el sol
por lo más alto, en mis días de niño,
lo fuisteis todo para mí, serenas potestades,
resplandor y creencia, los mensajeros
de la divinidad invadiendo mis juegos.
Después, tras la alborada viva
de la espera,
desperté
y ya no estabais.
Huyó la luz
y solamente vi, en la tiniebla roja,
vuestras sagradas alas alejándose.



PÉRDIDA DEL DIOS QUE FUÍ

Fue aquella tarde un tizón,
y después fue violeta
todo el aire. Blancas luces
en el cielo destellaron.
Y yo oscuro.
Larga noche.

Y al llegar la madrugada
del cuerpo nació la sombra.




TU CUERPO ES TEMPLO DE ORO

Como postre final, según costumbre, dos entregas líricas, breves y piadosas, sobre el amor.

Jorge Carrera Andrade,
en la serie "Cuerpo de la amante (6)", ensalza la maravilla de un cuerpo de mujer, lugar de encuentro con la divinidad, como un templo, como una catedral... Allí descubre el poeta la Luz sin velos ni sombras... Desde allí, del brazo de Dios, ascenderá al séptimo Cielo:

CUERPO DE LA AMANTE

Tu cuerpo es templo de oro,
catedral de amor
es donde entro de hinojos.
Esplendor entrevisto
de la verdad sin velos:
¡Qué profusión de lirios!
¡Cuántas secretas lámparas
bajo tu piel, esferas
pintadas por el alba!
Viviente, único templo:
La deidad y el devoto
suben juntos al cielo.

En atrevido juego de metáforas, la amada es como un templo sostenido por poderosas columnas. Arriesgado juglar Rafael Montesinos,Sansón cegado de cariño, no teme que se derrumbe sobre él el edificio santo, morada del Dios Vivo:

VEN

Ven, que la voz -ya beso- se me adentre
en ese inconfundible aliento, pura
insinuación, efluvio que me augura
que será fuego todo lo que encuentre.

Ven, que el amor más puro se me centre
en esa ensortijada gracia oscura,
cárcel de luz, recóndita angostura
y capitel airoso de tu vientre.

Oh surco de rubíes que sostienen
las dos altas columnas de tu templo,
que a mí también como a Sansón me tienen.

Vuelca ya sobre mí tu arquitectura,
tu derrumbe de amor, el claro ejemplo
de la más catastrófica hermosura.
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