Un profesor se declara más viejo el primer día de clase

DE NUEVO REGRESÁIS CON QUINCE AÑOS

En 1992 publiqué mi único poemario, para celebrar 25 años de docencia en Secundaria (Aula de Plata, Verbo Divino). En Nido de Poesía he ido ilustrando muchos versos de este libro. El poema que titulo "De nuevo regresáis con quince años" expresa mi tristeza al contemplar un año más, deslumbrantes de juventud, los pupitres de clase. Se han detenido las agujas del tiempo. Y mi reloj biológico prosigue su implacable tic-tac de arrugas, de soledad, de llanto.

Luminosas y bellas como la adolescencia, resplandecen las primera estrofas:

En octubre otro curso. Nuevos rostros
insultantemente adolescentes,
siempre de quince en punto quince años.
Y mientras tanto yo, coral ardiente
medio siglo bailando en agua fría,
esclerotizo venas y saberes.

Bosque de eterna juventud,
Aula de plata,
hogar de gnomos de quince justos años,
ardillas, duendes, hadas.
Perfumado de soplo vivo y barro,
aún conservas calor de aquellas Manos.

Veo y huelo y palpo primavera
de risas y jazmín por cada banco:
corazón a navaja en la madera,
nombres y flechas disparados.
Todo es azul, con luz de Paraíso.
No morirás, promete un Dios cercano.


Pero yo estoy también en el poema, flagelado por el tiempo, aplastado por la edad y sus agobios:

Contemplo su belleza sin arrugas.
Oigo sus voces, su gorjeo puro.
Olfateo su aliento de azucenas.
Me sabe a miel la luz de sus capullos.
Y me miro al espejo:
soy rosal
herido por el sol, punzante y mustio,
sólo tizón,
rescoldo
de una hoguera que ardió.
Diré un secreto:
yo sé que la raíz aún vive al rojo.

Nos despedimos el pasado junio.
De nuevo regresáis con quince años.
Y yo, del lado de la muerte,
más miope, algo sordo, más más calvo.
Dos rayos verticales por mi frente
dibujan un tatuaje atormentado.
Ya mi cuerpo bascula hacia la tierra:
las rodillas de doblan suplicando.

Negra roca varada,
me dejo acariciar por vuestra espuma.
Viene y va en oleadas,
leche de mi oquedad, perdidas plumas.


Pero aún estoy vivo. Y tengo fe en la simiente de oro que palpita por mis abiertas manos, en el cauce de barro de mi voz manantial:

¡Saboread, muchachos, la dulzura
de la savia que cruje en vuestras venas!
Dejadme a mí la magia del otoño,
la luz crepuscular bañada en oro,
la memoria de cada primavera.
Rom-

afondoblanco

peré las semillas
de mi fruto en sazón por vuestra huerta.

Seré chirriante noria, humilde y centenaria
de verdes cangilones y agua nueva.

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UN PROFESOR DE RELIGIÓN NOS HACE CONFIDENCIAS

(alguna vez en verso)

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1.Un profesor se declara más viejo el primer día de clase

DE NUEVO REGRESÁIS CON QUINCE AÑOS, de Nicolás de la Carrera


2.Un profesor se declara más joven el primer día de clase

AÚN NO HE CUMPLIDO QUINCE AÑOS, de Nicolás de la Carrera


3.Pregón pascual para una clase de religión

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5. Los pequeños dibujan teología



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