¡Ánimo y gracias!

Marzo comenzó en lo deportivo, dentro del entorno de los equipos vascos, con un incidente lamentable en el partido de baloncesto entre el Bilbao Basket y el Baskonia. Dentro de toda la historia de la tangana hubo varios detalles, y especialmente uno que puede cambiar toda la interpretación de lo sucedido en Miribilla. Uno de los jugadores se acercó a un niño y le pidió perdón por el mal ejemplo dado.


Non solum sed etiam.


Sobre lo sucedido no voy a extenderme, porque ya están las hemerotecas para quien desee tener más INFORMACIÓN. Quiero aprovechar esta noticia para hacer un canto de agradecimiento sincero, y también con un toque de ironía en algunos párrafos, para agradecer a todos cuantos aportan algo en la educación de nuestros hijos.


Gracias a aquellos profesores que se convierten en un referente de vida y de conducta para nuestros hijos. Esos que dan pie a que ellos, nuestros hijos, les confíen sus cuitas y dudas, y no solo las relacionadas con la materia académica, sino las que tienen que ver con la vida pura y dura.


Gracias también a los que también son un referente, pero por oposición. Si es bueno tener alguien de quien decir “quisiera ser como esa persona”, también es útil encontrarse con modelos de comportamiento y de pensamiento a los que uno no quisiera parecerse. Así que aunque sea de forma involuntaria como colaboren en la formación de nuestros hijos, también gracias. En este mismo capítulo de agradecimientos podríamos meter a políticos, artistas, deportistas y personajes y personajillos públicos que son un gran ejemplo, de la falta valores, educación, honradez y talla moral. Es un placer descubrir que muchos jóvenes y hasta niños no quieren ser como ustedes.


Pero gracias, y de corazón, a todos aquellos que siendo personalidades públicas, personas famosas, saben transmitir una imagen más de personas que de personajes, han sabido destacar su lado humano por encima de su condición de artista, deportista, o…, ¡ummm!, ¡a ver, a ver!, … ¡ah, sí!, que “haberlos, haylos”…, político.


Gracias, porque los tengo muy cercanos en la memoria, a misioneros, diáconos, sacerdotes, obispos y religiosos varios que con su vida son un testimonio del Evangelio y por ello un testimonio vivo de los apóstoles de Jesús de Nazaret. Lástima que los consagrados que han resultado un fraude para la Iglesia y la sociedad hayan brillado más mediáticamente y hayan impedido ver a los que, con labor callada y en el día a día, siguen siendo un referente, un modelo a seguir.


Gracias a cuantos familiares, padrinos y amigos están cerca de nuestros hijos y suplen nuestros “defectos” como padres, colaborando a la educación y el crecimiento como personas de nuestros hijos.


Y retomando la historia inicial de los jugadores de baloncesto quisiera decirles, si alguien les hace llegar mi comentario, que tienen en su mano una gran oportunidad. Ellos, ases del deporte, “dioses de un olimpo de parqué”, ídolos de muchos niños que aspiran a ser “grandes”; pueden encontrar la lección de “torres más altas” que caen pero saben levantarse. Porque errar es humano, y reconocer el error, y pedir perdón por él, es de héroes. Si un día me cruzase con ellos, y se agachasen, con gusto les daría en la espalda una palmada para decirles ¡Ánimo y gracias!


Nota: Desde el principio e intencionadamente no he puesto ningún nombre, porque cada cual sabe, en conciencia, en qué grupo se puede sentir aludido o eludido.
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