José Enrique Ayarra, organista: “cuando voy a Vitoria voy a casa”

Estrenará en Vitoria una obra de Sabin Salaberri dedicada a Santa María de Estíbaliz.

Todos los días en el ofertorio de la misa recuerda a su maestro D. Luis Arámburu.



El maestro Ayarra, es aragonés de nacimiento, de Jaca concretamente, y sevillano porque lleva más de 50 años en la capital Hispalense, tiene sus vínculos con Vitoria en su formación sacerdotal. Sería el obispo Bueno Monreal, que por conocerle siendo obispo de Jaca y después de Vitoria, quien, en cierto modo, lo fichase para la que fue su sede Arzobispal de Sevilla. Y desde entonces, año 1960, Ayarra sigue vinculado a su Sevilla sin olvidar sus lazos natales y vocacionales.

Ayarra recuerda aquellos años en los que su vida estuvo muy ligada a D. José María Bueno Monreal: “mi familia en Jaca era muy amiga de él y recuerdo cómo con 8 años yo era monaguillo suyo, todos los veranos iba al palacio episcopal para ayudarle a misa y desayunar con él.”

La figura de Bueno Monreal resurge en la conversación: “es el único obispo “Bueno” que he conocido. Al Arzobispo D. Carlos se lo dije en una ocasión, usted será “Amigo”, pero “Bueno” solo he conocido un obispo. Pero a D. José María se le conocía como “dos veces Bueno” y tal fue el aprecio que se gano en Sevilla que cuando envió al Papa la carta de renuncia por cumplir la edad canónica para jubilarse, seguidamente llegó a Roma otra carta donde el 93% del clero sevillano solicitaba al Santo Padre que no aceptase la renuncia de Bueno Monreal.”


Ayarra cursó los estudios del Seminario Menor en Jaca, y ya entonces sus dotes musicales estaban más que demostradas pues con 11 años tenía terminada la carrera de piano. Recuerda la vida en el Seminario de Jaca con una vida austera y difícil: “El Seminario de Jaca había sido hospital de sangre durante la Guerra Civil. Bueno Monreal lo levantó pero se lo encontró destrozado, sin cristales en las ventanas, los techos altísimos, … en invierno las tuberías estaban congeladas y para poder lavarnos la cara por la mañana nos hacían llenar a la noche una botella con nieve y meterla debajo del colchón para poder tener agua para lavarnos por la mañana.”


A los 15, y tras el fallecimiento de quien había sido su maestro, el organista de la Catedral de Jaca, fue cuando Bueno Monreal le sugiere trasladarse al Seminario de Vitoria para seguir su formación teológica y musical: “Mira, me dijo D. José María, vente a Vitoria porque aquí tienes a D. Julio Valdes, a los profesores del Conservatorio que dan clases también en el Seminario, D. Antonio Echavarri, D. Luis Arámburu, D. José Seberri, …”
Ayarra recuerda el elenco de profesores y responsables del Seminario: “teníamos como rector a D. Ángel Suquía, y profesores de la talla de Andres Ibañez, Zunzunegui, Urbano Gil, Cirarda, Plácido Intxaurraga, …”


Pero del Seminario de Vitoria tiene algunos recuerdos anecdóticos. “Pasar del Seminario de Jaca al de Vitoria fue … pasar a jugar en un campo de 1ª División, en aquella época, cuando el Alavés también estaba en la 1ª División de futbol. Y recuerdo que los seminaristas llegaron a jugar con el Barcelona de Kubala. La anécdota resultó porque al estar Mendizorroza nevado tuvieron que aplazar dos o tres días el partido y para poder entrenarse fueron a jugar al Seminario con los seminaristas. Recuerdo que de los dos partidos uno perdimos por poco 3 -1 y otro empatamos 2-2.”


José Enrique Ayarra ha pasado largas temporadas también en otros lugares, un año en Salamanca o los cuatro años de formación musical en Paris, pero … “yo me siento también vitoriano de pro, y cuando voy a Vitoria, voy a casa”

Su dedicación a la música le ha llevado por casi los cinco continentes y tiene algunas cifras: “Durante 30 años he recorrido anualmente entre cien y ciento cincuenta mil kilómetros en avión.” Ha dado conciertos de órgano en 62 países, solo le falta Australia porque ha dado conciertos en América, en África, de Europa solo le quedaría Albania por conocer y en Asia solo decir que en Japón ha dado más de 50 conciertos.

Y, aunque prácticamente está retirado de su vida como concertista, este viernes volverá a interpretar en Vitoria con motivo del 400 Aniversario de la Cofradía de la Virgen Blanca, y lo hace además para estrenar una obra del compositor Sabin Salaberri, con quien coincidió en su etapa de Seminario en Vitoria: “Esta obra de Sabin dedicada a la Virgen de Estíbaliz la he tomado con mucho cariño desde el principio. La Virgen de Estibaliz ha estado muy presente en mi vida cuando estaba en Vitoria, ha sido muy familiar para mí. Muchas veces he tocado en la basílica en celebraciones con los benedictinos. Por otra parte a Sabin le estimo y le aprecio mucho. Si bien no fuimos compañeros de curso si éramos los alumnos más jóvenes de D. Julio Valdes. Y sobre la obra me ha gustado tanto al punto de que ya la tengo registrada para el Concierto de Navidad que llevo organizando desde hace 30 años en la Catedral de Sevilla. Por respeto al deseo de Sabin la obra se estrenara en Vitoria pero ya forma parte de mi repertorio.”


La obra de Salaberri no será la única pieza del concierto, otros dos autores muy queridos para Ayarra estarán presentes: “he programado otra obra de D. Jesús Guridi, y es una pieza que tiene su historia para mí ya que tuve el honor de estar pasándole las hojas en el órgano de la Catedral de Vitoria durante su estreno. Allí estábamos sentados a un lado su hija María Jesús y al otro un chaval de 16 años que era José Enrique Ayarra. La obra se titula “Variaciones sobre un tema vasco”, y el referido tema es el “Itsasoan”.” La otra pieza del autor alavés no podía ser otra que el himno a la Virgen Blanca “de mi maestro, D. Luis Arámburu. Fue mi maestro de piano y de órgano durante los 7 años de mi estancia en Vitoria. Recuerdo una ocasión en la que recibí y enseñé la Catedral de Sevilla a un grupo de vitorianos que estaban de excursión por allí – este gesto es muy frecuente en él – y con ellos venía D. Luis. Le llevé al órgano y tocamos los dos. No falta un solo día en el que no recuerde a D. Luis Arámburu en la acción de gracias de la misa.”



Non solum sed etiam


El Viernes a las 20:30 horas la iglesia del Carmen estará seguramente abarrotada de gente para disfrutar del concierto de órgano de un gran maestro que se considera vitoriano de corazón. José Enrique es la prueba viviente de cómo el sentimiento de amor a la tierra que uno pisa trasciende fronteras y documentos de identidad; y además es compatible con sentimientos de igual calado. Ayarra ama su Jaca natal, vive con pasión andaluza su Sevilla residencial, y proclama a los cuatro vientos su condición de vitoriano como el que más.

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