Y el candidato a presidente de la República española es … , o Felipe VI
El 2 de junio de 2014 quedará para la historia como la fecha en la que el Rey de España, don Juan Carlos I comunicaba al Gobierno y a la nación su decisión de abdicar la Corona de España.
Múltiples reacciones institucionales y sociales no se han hecho esperar: Entre las institucionales la mayoría son declaraciones de agradecimiento por el papel jugado en los primeros años de la Transición democrática y por su mediación en infinidad de asuntos internacionales que afectaban al Estado Español.
En las redes sociales se ha desatado el sempiterno humor crítico español y la imaginación en sus manifestaciones.
Y por último se ha iniciado un movimiento social pro republicano solicitando un referéndum nacional sobre la forma de Estado que quiere el pueblo español, bajo la disyuntiva monarquía o república.
Non solum sed etiam.
Sin duda el momento ideal para proponer un referéndum al pueblo español sería ahora.
La abdicación de Juan Carlos I ofrece una oportunidad histórica para preguntar al pueblo español.
Es posible que vivamos un momento histórico sin precedentes que nos permita mirar hacia atrás y decidir si queremos seguir como hasta ahora.
En algunos foros ya se apunta que la consulta podría favorecer una reforma constitucional más amplia y profunda.
Los últimos resultados electorales indican que el pueblo quiere hablar y ser protagonista de su historia. ¡Ahora es el momento!
Pero.
Pero habría que medir muy bien la pregunta y ser justos en la disyuntiva a plantear.
El movimiento social propone un referéndum sobre Monarquía / República.
Para empezar la Monarquía no es lo que fue en sus orígenes (afortunadamente) y reclamarla como modelo de gobierno resulta anacrónico hasta para los mismos reyes (no olvidemos que don Juan Carlos fue un valedor para instaurar la democracia en España). Pero la República tampoco responde hoy al espíritu inspirador de su origen, ni parece haber resultado la panacea de los sistemas de gobierno.
Y por si esto fuera poco, ya que pedimos se nos de la libertad de elegir, bueno sería ir a mejor. Por ello más que poner en la balanza el modelo Monárquico o Republicano habría que analizar la altura de las personas que encarnarían cada uno de los modelos hoy.
Por lo tanto el referéndum quizá debería plantarse del siguiente modo:
- Seguimos como una Monarquía parlamentaria aceptando a Felipe de Borbón como heredero de una tradición que lo convierte en Jefe del Estado.
o
- Cambiamos a una forma política denominada República que sería encabezada por el Presidente de la Republica elegido democráticamente entre … (aquí está la clave) ¿entre quién?
Vaya por delante que no soy monárquico, tampoco milito en ningún partido político, pero sí soy cristiano, católico más concretamente, y desde mi fe me considero un ciudadano comprometido con la sociedad. Y, por ello aporto mi reflexión en este debate tan singular.
En un lado del cuadrilátero tenemos a Felipe de Borbón y Grecia.
Tiene 46 años, está casado, y es padre de dos niñas. Desde los nueve años domina perfectamente el inglés y el francés. Su formación académica comienza en España hasta los 16 años, edad en la que se traslada para realizar el COU al Lakefield College School de Toronto, en Canadá. A su regreso comenzó una formación militar que le llevó a conocer Tierra, Mar y Aire. Tras finalizar el período de formación militar, inició el período de formación civil: Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid y un máster de dos años en Relaciones Internacionales en la Edmund Walsh School of Foreign Service de la Universidad de Georgetown, en Washington D.C. Toda esta formación académica ha sido complementada con una progresiva incorporación en la vida pública, acompañando a su padre al principio y representándole posteriormente. Podemos añadir, a un tipo que goza de buena salud y de buena planta, una formación deportiva nada desdeñable.
Independientemente de su condición de persona vinculada por apellido a una dinastía que hunde sus raíces en la España Medieval, este es el curriculum vitae de un hombre que podría optar a ser un personaje influyente en la vida política de España en los próximos años. Curriculum, dicho sea de paso, en el que todos hemos invertido o al menos subvencionado.
Al otro lado del cuadrilátero tenemos a ….¿?
Supuestamente alguien que tendría que salir de la clase política española de hoy.
Alguien que alcance a decir algo más que “relaxing cup café con leche in Plaza Mayor”. Alguien, que si va a ser para mejor, que tenga un curriculum vitae que haga sombra al del heredero de la corona. Alguien a quien más allá de nuestras fronteras se le tenga una consideración, como mínimo, similar a la que tiene este hombre. En definitiva un candidato que sea a ojos de todos un digno rival.
Sí, porque ¿de qué nos sirve votar monarquía vs república si luego no tenemos un candidato digno a presidir la misma?
No, no es demagógico ni baladí el planteamiento.
Estamos asistiendo a un momento político en el que los partidos de siempre empiezan a mirar con recelo los resultados de formaciones alternativas. ¿Por qué? ¿Quizá porque se han convertido en una clase política a la que algunos votan pero en la que muy pocos confían?
¡Como que está la monarquía para fiarse de ella! Dirá alguno. Ciertamente ni D. Juan Carlos ni una parte de su familia política han dado buen ejemplo. Aparentemente Felipe no parece un garbanzo del mismo color en esa familia. Siendo sincero, me parece un hombre que ha pasado su vida trabajando y puliendo una formación encaminada a ser un personaje en la vida política de su país. La trayectoria de formación encaminada a ese fin no la tiene ninguno de los políticos actuales.
La monarquía como planteamiento simple no me seduce en absoluto y la considero anacrónica a todas luces. El problema es que de apostar por un cambio me gustaría que fuese a mejor. Y para ello me gustaría que hubiese un personaje que liderase ese cambio. Alguien a quien votar como futuro presidente de una República. Búsquenlo por favor, si ha de plantearse un referéndum, busquen a ese líder. En caso contrario casi que me quedo con lo que hay.
