Especial previo a esta singular Semana Santa 2020 Representación de La Pasión

Representación de La Pasión
Representación de La Pasión VLG

Durante más de 30 años se llevó a cabo este Auto sacramental

A lo largo de los próximos días se podrá ver en el canal de YouTube y en este blog la dramatización de la Pasión de Jesús que se hacía hace años en la parroquia de Los Desamparados de Vitoria.

Desde la década de los 60 a los 90 la parroquia de Ntra Sra. Madre de los Desamparados de la Diócesis de Vitoria contó con un cuadro escénico dirigido por Mª Dolores García, la Doña, que cada Semana Santa (A excepción de 1976 con motivo de la muerte en los sucesos del 3 de marzo de uno de sus actores) puso en escena el Misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.  Además de en la parroquia, el cuadro de actores de La Pasión recorrió la provincia y llegó, una vez, a actuar en Jaén, invitados por la cofradía de "El Abuelo". Con motivo de esta Semana Santa en la que se han visto suspendidos todos los actos públicos recupera y comparte estos archivos que, aunque su calidad no sea buena, el valor como documento lo compensa. Se irán publicando por entregas las más de dos horas que duraba la representación.  Muchos de los actos salieron de la imaginación de la directora, Mª Dolores García, feligresa que soñó desde la construcción de la parroquia con dar vida a los pasajes del Evangelio.

Esto de tener tiempo en casa puede acabar invitando a rebuscar en el “baúl  de los recuerdos” propio, no el de Pepa. Y, ante la proximidad de la Semana santa, y con el permiso de mis amigos y compañeros de esa gran familia que fuimos el Cuadro de actores de la Pasión de la parroquia de los Desamparados, comparto unos videos por entregas de la que fue, para Vitoria la representación teatral de la Pasión más sonada durante décadas, para el grupo, una ocasión de estrechar lazos que hoy perduran, y para mi, una forma singular e irrepetible de vivir la Semana Santa, de acercarme al Misterio de la Pasión Muerte y Resurrección de Cristo y de manera particular al personaje de Judas Iscariote. 

Aunque la calidad, que hoy tanto se aprecia, no es buena, sin embargo creo que como documento, casi arqueológico, y sentimental para muchos vitorianos en particular, puede ser acogido por cuantos reciban y se acerquen a este enlace en YouTube. 

Por otro lado la publicación de estos vídeos quiere ser un homenaje a María Dolores García, la “Doña” como la conocíamos todos. Nuestra directora. Y a su hija, Mari Sol. Ambas gozan ya del último acto de esa Historia a la que dedicaron una parte importante de sus vidas.

Quienes seguimos en este Valle de Lágrimas, y que mantenemos el contacto y la amistad, aquellos años y recuerdos permanecen como parte destacada de nuestra vida. 

Para acompañar esta presentación del “estreno mundial en You Tube” del Drama de la Pasión interpretado por el cuadro de actores de Los Desamparados quiero compartir algunas de las anécdotas más sabrosas de aquellos años.

La Doña siempre dijo que aquello no era una obra de teatro, era “mucho más”, y prueba de ello la daban los espectadores que se metían en el papel de pueblo, gritando e increpando a “los malos”. En cierta ocasión acudieron unos amigos a la representación y por darle más eco al grito de “¡Crucifícale, Crucifícale! les pedimos que desde sus bancos gritasen con ganas. Así lo hicieron, pero las piadosas señoras que tenían en el banco de adelante se volvieron indignadas para exclamar “¡Esta juventud!”. 

El personaje de Judas Iscariote recibió en alguna ocasión algún bastonazo de algún abuelo dispuesto a cambiar la Historia Sagrada.  Esa era una de las amenazas que en broma y porque nos divertía poner a prueba a la Doña le hacíamos de vez en cuando: “Doña, hemos pensado que este año por variar un poco vamos a soltar a Jesús y a colgar a Barrabás!” “¿No seréis capaces?” decía con cierta incredulidad. Nunca lo hicimos. 

Lo que si cambiabamos era de personajes. Algunos actores hacían doblete y hasta triplete. Y en cierta ocasión, y dado que al pobre Jesús le dió un corte de digestión acabamos crucificando a Anas, que no era necesaria su presencia en los últimos actos. 

Nuestras actuaciones eran muy creíbles, y si no que se lo pregunten a Jesús cuando recibió una santísima bofetada de Salomé junto a un delicado “no me mires así judío asqueroso”. 

Éramos un grupo amateur y no teníamos técnicos de continuidad ni expertos que cuidasen ciertos detalles como el reloj en la muñeca del centurión romano, o los calzoncillos de corazones de uno de los soldados que a la hora de clavar a Cristo en la Cruz podrían desviar la atención del respetable. 

Pero la verdad es que éramos muy “apaños”: ¿que se caía un clavo?, se cogía del suelo y se ponía sin más problema. ¡A ver, el agujero ya estaba hecho! ¿no?

Pero nuestra credibilidad iba más allá de la escena, cuando actuábamos en otra parroquia parte del atrezzo no podía ir en un vehículo, como la cruz, así que, con la cruz a cuestas nos desplazábamos. En una ocasión, unas señoras que nos vieron, preguntaron “¿Eso es sangre de verdad? A lo que mi primo, genio y figura, les contestó sin cambiar el paso: “Sí, es del que crucificamos ayer”. 

Pero los sucedidos más entrañables para mí son los tres que relato para terminar: 

El que hacía el papel de Jesús confesó en cierta ocasión cuál era la escena más complicada para él. ¿La crucifixión? No. ¿Ir con la Cruz a cuestas? - que pesa un cacho- No. El Padre Nuestro. ¿Por qué? porque era consciente de que lo tenía que decir como si fuese por primera vez que se escuchaban esas palabras. 

Un año, al acabar la actuación se nos acercó un joven y quiso entregarnos un dinero que llevaba en la mano. Muchos le reconocimos como la persona que había estado todo el día en la puerta de la Iglesia. Supusimos que era uno de los muchos que pedían a las puertas de las Iglesias. Pero no. Aquel joven pèdía por una promesa. Un familiar estaba enfermo y como sacrificio por su curación había ofrecido el estar pidiendo a la puerta de la Iglesia y entregarnos el dinero recogido. Lo cogimos y el silencio se hizo durante un rato largo entre nosotros.

Y la última anécdota. Al acabar la función se le acercó una señora mayor al que hacía el papel de Jesús y tras felicitarnos por lo bien que lo habíamos hecho le dijo: “hijo, pero lo más importante hoy para mi ha sido que ese pasaje del Evangelio que has interpretado nunca, hasta hoy, lo había logrado entender.”

Otro día contaré la experiencia de actuar en Jaén, en plena plaza de la Catedral. invitados por la Cofradía de “El Abuelo” a quienes desearía llegue nuestro saludo. 

De momento disfruten del Acto 1º. Y para más anécdotas si alguno de los compañeros quiere usar el espacio de los comentarios en el blog, todo vuestro.

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