Congreso sobre el Sueño Vivir bien para soñar mejor

Congreso de la Sociedad Española de Sueño en Vitoria-Gasteiz

La ciudad de Vitoria-Gasteiz será la capital del sueño entre los días 11 y 13 de abril. Un Congreso, organizado por la SES Sociedad Española de Sueño, en el que tendrá un protagonismo especial la ciudadanía. 

El Dr. Carlos Egea, presidente del comité organizador de este congreso, considera que “el sueño nos afecta a todos, por lo que este Congreso interesa a todos”.

El programa de charlas y mesas redondas ha tenido en cuenta a la población escolar, universitaria, a los amantes y practicantes del deporte, a las personas mayores, …  El deporte estará presente de una doble manera en este Congreso, en la marcha que recorrerá las calles del Casco Viejo de la ciudad  bajo el lema “Vitoria-Gasteiz, mi sueño / Nire ametsa, Vitoria-Gasteiz” y en la mesa redonda en la que participarán grandes deportistas y personas vinculadas al deporte profesional.

Información más completa en la web:

 http://www.congreso-ses.com/informacion-cientifica/ciudadania/

atrapasueños

El sueño forma parte de nuestra vida desde que nacemos hasta la muerte, y las referencias al sueño, al descanso están presentes en diversos ámbitos de la vida. Asociamos el descanso y el sueño a estar relajado, con la conciencia tranquila (el que la tenga matizan algunos), en paz con uno mismo, con los demás, y para algunos con Dios. En definitiva que nuestro sueño depende mucho de cómo sea nuestra vida en tiempo de vigilia, y que nuestro descanso marca también nuestro rendimiento en las horas activas.

Conversando con el Dr. Egea descubrimos que el sueño y lo religioso tienen muchos puntos en los que se cruzan: así por ejemplo en terminología religiosa hablamos de “descanso eterno” o “sueño eterno” al referirnos a la muerte; Ya el primer libro de la Biblia, el Génesis, se refiere al descanso de Dios al séptimo día de la creación; Dios se manifiesta muchas veces en sueños o en las horas del sueño: a José el esposo de María, a Samuel, …

Hasta en 58 versículos de la Biblia podemos encontrar referencias al sueño.

Pero el sueño y la vigilia en relación con la Iglesia ha merecido incluso estudios científicos, concretamente el relacionado con la vida monacal. Monjes y monjas, en particular de órdenes de vida en clausura, vienen practicando un régimen de vida que en algunos casos se remontan a diez o más siglos atrás. Por ello se han realizado estudios del ritmo circadiano como el publicado bajo el título: “Toque de campana de los maitines: adaptación circadiana al sueño de los monjes y monjas de clausura”.

Cinco monjes y cinco monjas de dos monasterios franceses aceptaron voluntariamente someterse a este estudio. Eran personas que llevaban manteniendo su ritmo de vida desde hace 5 años los que menso hasta 46 los que más.  Aceptaron someterse a 10 controles que comprendían entrevistas, escalas del sueño, y un examen físico además de  una actigrafía,  con más de 48-horas de grabaciones de la temperatura corporal.

Además de los datos científicos, el estudio permitió saber que muchos de los monjes y monjas experimentaban sueños o alucinaciones vinculadas con la oración durante sus horas de descanso. Dicho de otra manera que los monjes y monjas de clausura rezan hasta en sueños.  El trabajo sirvió también para hacer un patrón de cómo podía ser el asunto del sueño en tiempos de la edad media ya que el ciclo de la luz natural marcaba el ritmo del sueño y la vigilia de aquellas sociedades.

El Dr. Egea nos explica que en una clasificación muy simplista la población se divide en “búhos” y “alondras”. Y la circunstancia de que genéticamente pertenezcamos a uno de estos dos grupos puede condicionarnos en el deporte, en el trabajo, en los estudios y, por qué no, en una opción de vida. Por lo tanto, no está de más un sencillo estudio del sueño y determinar si uno es “búho” o “alondra”, y hasta qué punto se es capaz de adaptarse a un modo de vida que pueda ser el contrario a su determinación genética.

Cierto que durante la juventud,  la adolescencia, la mayoría somos más búhos, noctámbulos, amantes de la noche que dura hasta el amanecer.  Pero la edad puede mantenerte en tu especie o pasarte a ser alondra con otros biorritmos y cronologías vinculadas al sueño y el descanso.  De estas cuestiones se hablarán en la versión científica. Pero también en las ponencias ofertadas al público en general también se mencionará este aspecto de la importancia de identificarnos en cada momento de nuestra vida como búhos o alondras, porque ello nos ayudará a entender algunas dificultades que podamos tener  en la vida: por qué por las mañanas rindo más o menos, o por qué es a la noche cuando estoy más vivo. Se abordarán cuestiones como la importancia de la intensidad de la luz en las aulas y que los exámenes no se realicen antes de las 10 de la mañana para ser integrados en un horario más común a “búhos” y “alondras”; o cómo debería ser el dormitorio ideal para un perfecto descanso, para ello, y con la colaboración de IKEA se instalarán cuatro habitaciones tipo, que  han sido diseñadas con los criterios del SES. El aliciente de visitar esta actividad es que esas habitaciones serán sorteadas entre los asistentes para ser instaladas en sus casas.

Non solum sed etiam

Ya lo decían las abuelas, que el dormir curaba todo, o casi todo. Y es la misma sanidad la que a veces no recuerda esta máxima de la sabiduría de las abuelas.

El uso de las nuevas tecnologías, las ofertas lúdicas, los tres turnos de trabajo rotatorios, … están llevando a la sociedad a un precipicio muy peligroso. Es importante que conozcamos si somos búhos o alondras y, en la medida de lo posible, apostar por un modo de vida, por una vocación que nos permita acomodarnos en base a nuestro biorritmo particular, o aceptar que uno tiene que trabajar una mutación para ser alondra o búho, lo que mejor se adapte a mi modo de vida.

Cómo era su sueño fue una de las preguntas de Évole al Papa Francisco, a la que respondió “duermo como un tronco”.  La Iglesia siempre ha valorado el descanso, la siesta es un hábito muy clerical. Y, también, una recta conciencia y una conciencia tranquila se han asociado al descanso. Muchas personas han reconocido haber recuperado el sueño reparador tras una confesión de sus pecados. De San Juan Pablo II se decía que dormía muy pocas horas y que pasaba muchas en oración; Francisco, al parecer, mantiene un ritmo de horas de sueño más cercano al general de los mortales, será el tiempo que, como confesaba con humor en la entrevista de Salvados, entrega el volante al Espíritu Santo para permitirse desconectar un rato de ser Papa. 

Quizá alguno diga que he traído el tema con pinzas para encajarlo en mi blog que se ocupa de temas socio religiosos. Puede que en un principio sí, no lo niego. Pero, a medida que fui escribiendo me di cuenta de que el tema del sueño y el descanso no solo es importantísimo tratarlo para la vida del día a día. Para garantizar una buena calidad de vida despiertos hay que lograr una calidad de vida dormidos. Y eso alcanza el grado de obligación moral si pensamos que de nuestra calidad de vida a veces depende el trato y el servicio que prestemos a los demás. Dicho de otro modo, claro que yo en el ejercicio de mi libertad puedo hacer “gaupasa”, (que decimos por estas tierras vascas), pasar la noche en vela. Pero si al día siguiente tengo que conducir, por las personas a las que pueda transportar y por las que me pueda cruzar en la carretera, tengo una responsabilidad moral de estar en las mejores condiciones, y eso es válido para cualquier trabajo; o si tengo que atender a mis hijos, a mis mayores, … no puedo permitirme descansar poco y mal consciente y voluntariamente.

Sea como sea, desde la creencia o la increencia, desde el interés científico o meramente divulgativo, desde la mera curiosidad o el firme propósito de mejorar la calidad de nuestro sueño, del 11 al 13 de abril  no deberíamos quedarnos dormidos y estar pendientes de aprender cosas que hagan que nuestro sueño sea verdaderamente reparador. Por mi bien y por el de los demás.

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