Otro mundo es posible ¿o no?

“En el interior del IOR han pasado cosas que no están bien hechas”. Esto lo decía Lucio Ángel Vallejo en una entrevista en la Cadena Cope.


La institución, Fundación con atribuciones de entidad bancaria, denominada mediáticamente Banco Vaticano o Banco del Papa está siendo sometida a una revisión, quizá para una transformación radical, que limpie la mala imagen dada y reconduzca sus funciones por el camino de una buena praxis.
La dimisión de algunos responsables de la institución evidencia que “han pasado cosas que no están bien hechas”.


Non solum sed etiam


Toda esta noticia me sugiere el siguiente comentario, el sacerdote Lucio Ángel Vallejo, dijo también que “la Iglesia no tiene un banco para ganar dinero sino para evangelizar”. ¿Podría entenderse de esta afirmación que “ganar dinero” es antievangélico? Según cómo, podríamos decir a renglón seguido. Es evidente que el enriquecimiento está más asociado a comportamientos reprobables, entre otros motivos porque la información siempre ha destacado el lado más escandaloso de un objeto tan simple como es, materialmente, el dinero, algo que tiene un valor relativo pero que condiciona la vida y hasta la muerte de todo el mundo.

“Jugando” a la utopía: ¿sería posible un mundo en el que “ganar dinero” estuviese más ligado a la honradez que a la mentira y a la falsedad? ¿Un mundo en el que “mover el dinero” sea un acto de solidaridad y no de trapicheo mercantilista y usurero? ¿En el que el que más tenga es porque más da? ¿Sería sostenible una economía que permita que la generosidad y el desprendimiento sea fuente de riqueza? ¿Qué ganar dinero no sea un gesto antievangélico sino una oportunidad más de ser fieles al Mensaje de Jesús?

¿Sería esto posible? O todo esto se me ocurre porque “soy de letras”.
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