Los últimos serán los primeros

En la web kirolexpres me encuentro esta información que transcribo literalmente:
“Tras más de 15 horas nadando, pedaleando y corriendo, el último participante en cruzar la meta, Didier Bellego, se encontró con una sorpresa en la línea de meta.


Los ganadores masculino y femenina de la prueba reina del día, que habían cruzado la meta unas 6 horas antes, Iván Álvarez y Brooke Brown, le esperaban para recibirle y felicitarle. Detalles como éste hacen especial al Triatlón Vitoria.”

Non solum sed etiam.
Una vez más detalles como este nos hablan de la cara más hermosa del deporte, de la deportividad. Otro gesto que ha dado la vuelta al mundo es el del niño aficionado de la selección portuguesa consolando a un joven de la selección francesa.
Mi querido amigo Pedro, diría que barro para casa, pero no puedo evitar encontrar referencias evangélicas en estos gestos que hablan de la bondad del ser humano, que es lo que aspira a instaurar el Reino de Dios. Por eso “hacerse como niños” o “los últimos serán los primeros“, son citas que vienen a mi mente y que me reafirman que la Palabra de Dios está muy conectada con la realidad del hombre. Eso no quita para que a veces la “palabra de la iglesia” no lo esté, pero La Palabra sí.
Gestos como los aquí traídos le reconcilian a uno con el género humano y le hacen sentirte orgulloso de tu ciudad, de tu gente y de tu fe.
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