(Manuel Mandianes).- El hecho de condenar sin paliativos el crimen cometido en León no nos excusa de buscar los móviles para comprender a sus autoras.
"Es un hecho aislado", "un acto cometido por dos locas" y al mismo tiempo: "Se ha desatado la caza a los políticos", "los políticos están atemorizados". Lo que se debe de hacer es acompañar a la familia y condenar a las autoras cuando se pruebe que han sido ellas.
Tantos discursos vacíos, sentimentales no son más que exclamaciones y desahogos sólo siembran alarma, pánico, angustia pero no arreglan nada. Si las personas somos todas iguales y el asesinato de la Presidenta es un acto de venganza, y no un crimen político, tendremos que dar tanta importancia al asesinato de cualquier otro ciudadano como al cometido ayer en León lo que no resta ninguna importancia a éste sino que se la da a todos los crímenes aunque sean cometidos en la persona de un mendigo, de un marginado, de un olvidado de todo el mundo, de una pelamdrusca.
