"Hay facilidad para mantener actitudes de poder en el clericalismo, esto puede atraer abusadores" Juan Luis Ysern: "Labores urgentes para una Iglesia encallada: Opción por los pobres, desclericalización y laicado"

(Redacción).- La voz siempre lúcida y profética del obispo emérito de Ancud, Juan Luis Ysern, señala las "labores urgentes para una Iglesia encallada: "Opción por los pobres, desclaricalización y presencia activa del laicado". Otra condición urgente para acabar con la plaga de la pederastia es, a su juicio, un cambio de institucionalidad, para poner fin al clericalismo.

¿Cómo se explica que haya tantos sacerdotes pederastas y con abuso de poder?

No sé si alguien ha hecho un serio estudio del tema para poder responder con fundamentos. Yo sólo puedo responder con conjeturas. Pienso que en la imagen social, en el perfil que existe de sacerdote, hay algo que resulta atractivo para personas que en su modo de ser tienen esas inclinaciones, más o menos larvadas y que después, siendo sacerdotes, aparecen con fuerza.

¿Qué rasgos existen en la forma de ser y actuar de los sacerdotes que pueden resultar atractivos a alguien que pudiera pretender ser sacerdote sin tener auténtica vocación?

Sigo respondiendo por conjeturas. A veces he oído decir que el celibato de los sacerdotes sería algo que atrae a personas homosexuales que no quieren casarse, pero esto no me convence ya que conozco personas homosexuales que viven con plena sinceridad y muy dignamente en celibato. Lo que me parece más real es que en el comportamiento que tenemos los curas hay facilidad para mantener actitudes de poder.

¿A qué se refiere, concretamente?

Al clericalismo.

¿Qué se entiende por "clericalismo"?

Sin entrar en la muy larga historia y sus complejas implicaciones, lo que quiero señalar ahora es la actitud de caciquismo que tenemos los curas. Una conducta de "poder" que deja sometidos a los laicos, muchas veces con expresiones de autoritarismo. Es una actitud que defiende a toda costa la institucionalidad como algo intocable ya que es en ella en la que estamos instalados y que hace posible el desarrollo de nuestro comportamiento. Teniendo esto a la vista, quizás podemos responder a la pregunta sobre los "rasgos" hecha anteriormente, ya que parecería lógico que quienes tengan especiales rasgos narcisistas puedan sentir cierta atracción por el estado clerical. Algo de esto parece comprobado.

¿Pero es posible que esto suceda en la Iglesia fundada por Jesucristo?

Jesús no fundó la Iglesia con angelitos sino con seres humanos que somos débiles y pecadores. Más aún, Jesús dijo que había venido para buscar a los pecadores. Por ellos ha muerto y resucitado. La Iglesia es "santa y pecadora". Santa por su naturaleza y pecadora porque sus miembros somos seres humanos pecadores. Por lo tanto, es nuestro deber convertirnos y pedir perdón con el compromiso de transformar el corazón y la realidad con sus estructuras en dirección al Reino de Dios.

¿Son narcisistas los sacerdotes?

Me he referido al clericalismo como comportamiento muy arraigado en la forma de institución que nos hemos ido dando en la Iglesia y que deja posibilidad para el abuso de poder. Pero con eso no quiero decir de ninguna manera que todos los sacerdotes sean abusadores de poder. Eso está muy lejos de la realidad. La gran mayoría de los sacerdotes son personas que con gran generosidad y entrega viven el servicio a los demás. Algunos son verdaderos ejemplos en el servicio a los pobres y a las personas que sufren.

¿Hasta dónde llega ese abuso de poder?

Ya es conocido y muy comentado que existe gran abuso de poder, de conciencia y de sexo. Algo realmente vergonzoso y repudiable. Todo ello se ha hecho posible en la actual forma institucional que tenemos en la Iglesia. Es sabido cómo esta institucionalidad deja espacio para que quienes tienen "poder" queden instalados, oponiéndose a toda costa frente a cualquier intento de cambio. Son conservadores que, además aparecen en alianza con el poder económico. La resistencia es enorme.

¿Qué corresponde realizar ante esta situación?

Considero fundamental comenzar a dar pasos hacia el cambio de institucionalidad sin demora. Pueden ser pasos pequeños, pero con mucha fuerza de signo, señalando en qué dirección se pretende caminar. Será un proceso a muy largo plazo porque tendrá que superar enormes obstáculos. Pero no hay que detenerse.

¿Es esta la primera prioridad?

Muchas veces se ha repetido que la primera prioridad es atender a las víctimas. Esto me parece indiscutible, manteniéndolo unido a la labor de prevención. Pero no veo que esto signifique necesidad alguna de demorar para iniciar el camino hacia la nueva institucionalidad. Por el contrario pienso que esas mismas prioridades imprimen mayor urgencia a la propuesta.

¿Cómo se imagina usted que se podría llevar todo esto a la práctica?

No podemos olvidar que todos los bautizados somos hijos de Dios, somos hermanos que formamos el Pueblo de Dios y nuestra tarea es caminar juntos en dirección al Reino de Dios. Esto es queriéndonos de verdad porque Dios es Amor. Esta tarea de seguir siempre "caminando juntos" es mantenernos en "sínodo permanente". Sínodo significa "camino común", esto quiere decir que somos "con-caminantes". Entonces bien podemos colocarnos en actitud sinodal orientando la preocupación inicial en las víctimas y en la prevención de abusos.

¿Pero cómo dar el primer paso?

En mi caso, en Chile, considero que el primer paso ya fue dado por el Papa cuando escribió al "Pueblo de Dios que peregrina en Chile" y nos exhortaba para que sin miedo nos involucremos con docilidad al Espíritu Santo buscando una Iglesia más sinodal, profética y esperanzadora que sepa poner a Jesús en el centro, en el hambriento, en el migrante, en el abusado. Ahora lo que tenemos que hacer es comenzar a caminar en la dirección que señala el Papa. Ese comienzo lo mismo podría ser de parte del Obispo, o también de parte de los laicos. Incluso de ambas partes al mismo tiempo, que sería lo mejor.

¿Y cómo podría ser ese comienzo por una parte o por otra?

Es algo que depende de la creatividad de cada parte. De parte del Obispo pienso que una forma muy significativa podría ser preparando un "Consejo sinodal" en el que sus miembros sean elegidos por las diversas agrupaciones humanas de modo que represente al Pueblo de Dios especialmente a los pobres y sufrientes y con mayor cantidad de mujeres que de hombres. Y por parte de los laicos se trataría de comenzar a articular en cada lugar una Red de comunidades. Sería dar vida a lo que pedía Medellín de formar muchas comunidades eclesiales de base. En Aparecida ya se habló de la renovación de la estructura parroquial de forma que la Parroquia venga a ser comunidad de comunidades. Cada comunidad debe ser casa y escuela de comunión.

¿Considera fácil establecer esas comunidades?

Hace 50 años, cuando se comenzaron a poner en práctica las orientaciones que dio Medellín, se obtuvieron muy buenos resultados. Aparecieron Comunidades Eclesiales de base muy valiosas. Luego vino un período triste en el desaparecieron varias pero algunas subsisten. Pienso que hoy existen mejores condiciones que en el pasado. Estas comunidades tendrían que organizar la red de modo que queden articuladas con los laicos que participen en el Consejo sinodal y hagan allí oír su voz.

¿Considera importante tener presente algunas advertencias previas?

Podemos recordar la antigua experiencia para ver cómo se avanzó en el sentido de fidelidad a la Palabra de Dios y constancia en la oración viviendo con fuerza la presencia en el mundo para que los laicos tuvieran esa doble dimensión: fueran miembros de Iglesia en el corazón del mundo y presencia del mundo en el corazón de la Iglesia. Pero esto requiere mantener muy viva la dinámica de "escuchar - dialogar - discernir"

¿Considera necesario dar importancia a algún rasgo especial en toda esta labor como Iglesia?

Considero absolutamente necesario que desde el primer momento, manteniendo la fidelidad a la Palabra de Dios y a la oración se viva en profundidad la opción por los pobres. A todos nos quedó grabado aquello que dijo el Papa Benedicto XVI en Aparecida: "la opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica en aquel Dios que se ha hecho pobre por nosotros, para enriquecernos con su pobreza" y que tantas veces hemos repetido de memoria lo mismo que lo que dijeron después los Obispos: "Todo lo que tenga que ver con Cristo, tiene que ver con los pobres y todo lo relacionado con los pobres reclama a Jesucristo". Hoy día, si queremos caminar para establecer una nueva institucionalidad que no deje espacio al abuso de poder, esta opción por los pobres ha de estar muy presente y muy firme desde el principio en todas las etapas del camino de modo que quede inamovible en la nueva institucionalidad.

Volver arriba