"Eres el personaje más universal de nuestros días" Manuel Mandianes, al Papa: "Eres el tránsito entre la calle y la teología"
(Manuel Mandianes).- La teología se presentó con mucha frecuencia como una especie de constructo de ideas produciendo en masa sus funciones irrelevantes fingiendo que ofrecía al publico los conocimientos de los que dependía el destino de la humanidad, mientras que la vida real avanzaba hacia otro lado, indiferente a las gigantomaquias teológicas; y produjo, hasta hace poco, un flujo interminable de proclamaciones, leyes, códigos sin consecuencias reales, como un aparato atrapado en su propia ficción, buscando y creyendo ser fiel al ideal de la objetividad. ¿Es la teología un mero teatro de sombras que imita con impotencia acontecimientos reales, simple espejo de la metafísica?
Un apóstol, mandatario para un fin determinado, debe cumplir su encargo con lucidez y encontrar por sí mismo las palabras de su anuncio al que puede definir como "mi notificación", "mi evangelio", habla siempre después de la venida del Mesías. El acontecimiento ya llegó, el Mesías está aquí, pero la brecha que sostenía la promesa mesiánica permanece. En el cristianismo, el acontecimiento mesiánico es la presencia de Cristo, ya hemos sido redimidos, el tiempo de las expectativas ya ha pasado, vivimos en la condición resultante del acontecimiento, el gran hecho ya sucedió. El resultado: una extrema premura por actuar, cargar con la carga de estar a la altura casi insoportable de estar a la altura del acontecimiento y vivir sus consecuencias: hacer realidad en cada persona la redención.
Tú vas removiendo todo para ver cómo se arrastra la micro vida debajo de las apariencias. Tu teología, tu pastoral, tu predicación es de contenido clásico expuesto al exterior, a la gente, cuidando su dimensión pública. Predicas el Evangelio de siempre con palabras que descubren tesoros ocultos a la gente de hoy; eres, desde dentro de la Iglesia de siempre, el tránsito entre la calle y la teología, el exterior y el interior. No pierdes de vista el tiempo que te ha tocado vivir, el hic et nunc, sin olvidar los contenidos de siempre.
Seguramente te preguntas muchas veces: por qué lo que digo y lo que hago llegan con tanta fuerza a tanta gente. No le des vueltas, lo que no controlamos es vital en los resultados de lo que hacemos. En nuestra mano está la coherencia entre el fondo y la forma, entre lo que predicamos y lo que hacemos. Relaciones y conflictos son las dos caras de la misma moneda. Las diferencias son las semillas de las disputas y conflictos interpersonales producidas por intereses, disparidad de opiniones, ideas contrapuestas sobre como hacer las cosas o diferentes criterios al tomar decisiones. Los conflictos internos en las instituciones suelen manifestar la necesidad de cambios. La ausencia de conflicto no siempre es síntoma de salud y, por el contrario, su presencia no siempre es síntoma de resquebrajamiento.
Tienes honestidad y libertad intelectual y sentido crítico. Te saltas el protocolo porque sabes que la realidad pulveriza la planificación. Captas con rapidez la complejidad y la variedad de las situaciones a pesar de no poder estar disponible para todos en todo momento. Sin duda, tus asesores deben de tenerte al día de lo que pasa, pero en la administración de la información se ve tu mano marcada por la solidaridad de las comunidades de emigrantes, sencilla y sincera. Algunos llevan muy mal tu intento de que la luz y el sol entren en todos los rincones de la comunidad eclesial guiados por el viejo adagio: "Quizás sea mejor que nunca se sepa qué pasó realmente y todo quede congelado entre cuatro paredes".
Eres, junto con alguna estrella del deporte, el personaje más universal de nuestros días. Tal vez te hubiera gustado más escuchar en silencio los pájaros de aquella primavera. Llega un momento en la vida en que tenemos que transigir entre lo que queremos y lo conveniente, entre la independencia y la causa que defendemos. La Iglesia te exige esto.
Muchos papas y muchos teólogos vivieron y hablaron como si tuvieran responsabilidad solo consigo mismos, o con la Iglesia de dentro. Usted la siente con todos. Tus intervenciones invitan a la comprensión, tu persona y tu palabra son como punto de encuentro de millones de personas. Tienes ese algo cristiano que divide todas las divisiones y une todas las sensibilidades y lo globaliza todo respetando y guardando todas las individualidades. Estás viviendo, practicando, haciendo realidad el ecumenismo cristiano, existencial, de vida. El ecumenismo teológico ya llegará, si llega. Las diferencias, en muchos casos, dependen de las diferentes perspectivas que dan como fruto diferentes interpretaciones de los mismos textos.
Vemos lo que haces, nos conmueve por el cariño y la humildad, pero el fondo de donde sacas fuerzas es tu secreto fiel al principio de los grandes decoradores: "La casa bien decorada es la que no está decorada, pero funciona porque tiene alma". En cada gesto, en cada movimiento se ve tu manera de ser.