Josep Miquel Bausset En el “Procés” hubo violencia; en una violación no
(Josep Miquel Bausset).- Esto es lo que se desprende después de conocer la sentencia sobre la "Manada" por una parte y la cárcel de los presos políticos catalanes por otra.
Y es que somos muchos los que, con estupefacción, tristeza e indignación, hemos conocido la sentencia del juicio a los cinco jóvenes que violaron a una chica en los Sanfermines de Pamplona, y que han sido condenados por la Audiencia Provincial de Navarra a nueve años de prisión.
La explicación que da el tribunal que firma esta sentencia, es que la joven no sufrió una agresión sexual, sino solo abusos, ya que según los jueces no hubo violencia. Esta "explicación" no puede ser más absurda. Para el tribunal, solo si la joven se hubiese resistido y si se hubiera enfrentado a sus agresores, con el resultado, más que evidente de golpes y de heridas, sí que hubiese sido una agresión y no un abuso, porqué hubiese habido violencia. ¿Pero pasaría lo mismo con un robo? Si a una mujer le roban el coche y no se enfrenta a los ladrones, ¿por el hecho de no sufrir violencia, no existiría igualmente un robo? ¿Es que hace falta que la mujer, además de ser violada, se tenga que enfrentar a sus agresores, con el consiguiente peligro para su vida?
El eco social de la infame sentencia de la "Manada", como no podía ser de otra manera, ha sido general. Y aunque los jueces han mostrado su alarma ante "la excesiva" (según ellos) reacción de la sociedad, la población ha manifestado su rechazo y su condena a esta sentencia. Hasta el punto que la presión social está obligando a la clase política a revisar los tipos de delitos sexuales, para así introducir alguna reforma, revisión o replanteamiento del Código Penal, para endurecerlo y de esta manera evitar sentencies injustas y vergonzosas como la que hemos visto en el caso de la "Manada".
Se ha dicho que la presión social y la reacción de la sociedad ante la sentencia de la "Manada", puede hacer que el gobierno revise el Código Penal. Entonces, ¿porqué la presión social (que existió) y la reacción de una parte numerosa de la sociedad catalana (bien contundente) tanto el 1 de octubre en el referéndum, como en la huelga del día 3, no obliga también a revisar el Código Penal en relación a los presos políticos, en presión preventiva, acusados de rebelión y de sedición? ¿Cómo es posible que en una violación el tribunal no viese violencia y sí que la vio el juez Llarena en la actuación pacífica de los presos políticos? ¿Cómo es que ven sedición y rebelión en unos casos y no ven violación en otro? ¿Y cómo, casualmente, ni el PP ni los jueces vieron violencia en la actuación policial en el referéndum del pasado 1 de octubre y sí que la vieron en los que llevábamos un sobre con una papeleta en la mano?
Es incomprensible y vergonzoso que el tribunal diga que no hubo violencia en la violación de Pamplona. Pero es también una vergüenza que los presos políticos y los exiliados políticos, sin ejercer ninguna violencia (ellos sí que no fueron violentos, y no cómo los de la "Manada"), puedan ser condenados a penas que oscilan entre diez y treinta y cinco años de prisión. Además, en el caso de los presos políticos, ¿no es una violencia tenerlos presos a centenares de quilómetros de sus familias? ¿Por qué se ha de castigar también a las familias de los presos políticos, que han de hacer centenares de quilómetros para verlos?
Hace unos años, el que fue alcalde de Jerez, Pedro Pacheco, dijo que la Justicia era "un cachondeo". A la vista de la sentencia del caso la "Manada" y del ingreso en prisión preventiva de los presos políticos catalanes, hace falta recordar el salmo 57 cuando dice: ¿Sabéis qué es hacer justicia, poderosos?¿Sentenciáis entre los hombres con razón? Y el salmo 81: "¿Hasta cuando sentenciaréis contra justicia favoreciendo la causa de los culpables? Son les débiles y los huérfanos que habéis de favorecer". Y es que la Justicia, además de ser rápida ha de ser justa.
Por otra parte, los obispos habrían de haber denunciado el caso de la sentencia de la "Manada" per injusta y evidentemente también, la prisión preventiva de los presos políticos catalanes, igualmente injusta.