(Ángel Moreno, de Buenafuente).- Señor, al comunicarnos la novedad, tu anuncio atrae el corazón humano. Sin querer, nos cansamos de todo acostumbramiento, y sentimos peso, a veces insoportable, cuando percibimos un ambiente anclado en la inercia y cuando se argumenta con "siempre ha sido así" para imponer formas y modos que nos parecen caducos.
¿Cómo se puede comprender la novedad que contiene tu mandamiento, si al decir que es norma, cabe la reacción emancipada porque por mucho tiempo se ha sentido el peso de las reglas, los reglamentos y las leyes?
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