Reconciliación

Comienzo este blog con un tema que sigue siendo polémico, o por lo menos incómodo, pero con el mejor ánimo. Quiero recordar la reconciliación pendiente en nuestra Iglesia no para ajustar cuentas, que los que fueron ya no están, sino para sanar una herida que lleva demasiado tiempo infectada. El papel de la iglesia católica en la dictadura fue manifiestamente de adhesión a la dictadura, sin paliativos, incluidas las excomuniones que padecieron los que no se sumaron al pandemónium franquista.

Se ha pedido perdón por la pederastia, cada vez con más convicción y menos a regañadientes; los últimos papas han reconocido públicamente infinidad de desatinos históricos ocurridos en las últimas centurias. La iglesia institución ha entendido que la humildad y el perdón son llaves maestras del comportamiento evangélico junto a la compasión y misericordia que tanto repite el querido papa Francisco frente a nuestra posmodernidad decadente. Sin embargo, la institución eclesial española se mantiene firme en su circunvalación sobre lo que pasó durante tantos años con el golpe de Estado del general Franco. Otra cosa son los desmanes ocurrido en la República, que hasta nuevos santos mártires han sido elevados a los altares.

Nuestra iglesia está la nivel del Estado en la medida de que no se ha producido un perdón institucional de las autoridades democráticas por los bombardeos sobre las pobalciones civiles de Gernika, Durango o Barcelona capital (de manera reiterada) aprovechando las maniobras alemanas que se preparaban para algo todavía peor en nombre del III Reich. Pero la iglesia católica es otra cosa, y debe dar el paso de una vez sin acusaciones ni disculpas; simplemente un reconocimiento institucional de un apoyo absolutamente antievangélico a un régimen dictatorial amigo de nazis y fascistas que causó muchos muertos y una fractura de la que nos vamos reponiendo muy despacio.

Nuestras autoridades eclesiásticas no dan el paso para asumir sus responsabilidades institucionales desde la única ley que a un cristiano le interesa: la del amor en este caso, en forma de petición de perdón institucional y acogida fraterna a los familiares de tantas víctimas represaliadas por el franquismo con la connivencia de la iglesia, directa o indirectamente. Después de varios decenios, ¿es tanto pedir? ¿Habrá que esperar los mismos años que han esperado los descubridores de que la Tierra gira alrededor del Sol?

Queremos ser más creíbles pero nos pesa la mochila de la historia, y eso que siempre es de agradecer al excelente ejemplo de tantas instituciones solidarias cristianas al pie de la exclusión social dando el callo con los más excluidos de los excluidos, por amor al evangelio.
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