Batalla entre católicos y partidarios de Berlusconi en la prensa italiana
Esta historia enrevesada se inició el pasado viernes, cuando "Il Giornale" -periódico perteneciente a la familia Berlusconi- publicó un editorial en el que atacaba a Boffo por sus críticas contra Berlusconi.
El periódico de los obispos italianos hablaba del escándalo de Berlusconi con sus fiestas en las que se encontraban prostitutas de lujo como Patrizia D'Addario. Boffo en su comentario pedía al presidente italiano que aclarara los hechos, al mismo tiempo que publicaba tres cartas de lectores en las que no se ahorraba una palabra para criticar al "Cavaliere". La noticia provocó las primeras dudas de fricción entre el gobierno y el Vaticano, por lo que Berlusconi respondió poco después diciendo que él no había organizado ninguna fiesta.
Procesado por acoso
La "osadía" de Boffo tuvo respuesta rápida. La maquinaria de "Il Giornale" se puso investigar sobre el propio director del "Avvenire" a quien respondieron publicando un editorial firmado por el director del periódico de Berlusconi, Vittorio Feltri. El periodista ponía en duda la capacidad de Boffo de enjuiciar al presidente italiano ya que él mismo se había visto implicado en un proceso por acoso, al molestar telefonicamente en repetidas ocasiones a la mujer de un hombre con el que supuestamente mantenía una relación.
La noticia causó estupor en Italia, por lo que Berlusconi se disoció del editorial de su periódico casi inmediatamente. Boffo intentó justificarse diciendo que nunca había sido procesado, pero los documentos publicados por "Il Giornale" levantaban dudas de todo lo contrario. La presión para el director del periódico de la Conferencia Episcopal italiana era tal que se especuló con su dimisión, pero el cardenal Secretario de Estado y presidente de la Conferencia Episcopal italiana, el cardenal Angelo Bagnasco, afianzó a Boffo mostrándole su apoyo y el de todos los obispos, al mismo tiempo que el Papa llamaba a Bagnasco para ofrecerle su solidaridad.
Con esta carta en la mano Boffo hoy se muestra tranquilo y sigue defendiendo su versión de una sentencia que es real. Las llamadas existieron, pero él no las realizó, sino que fue un conocido con problemas con las drogas que usó su teléfono para molestar a una mujer. Al fallecer el autor de los hechos quese remontan a 2004, Boffo decidió asumir su responsabilidad y pagar 516 euros por "molestias a personas". "Avvenire" ahora defiende la privacidad de hechos pasados personales, mientras "Il Giornale" dice que no va a dar marcha atrás, por lo que tendremos dentro de poco un capítulo más en esta novela a la italiana.