El CEU y el Arzobispado siguen sin acordar el alquiler del Seminario tras cinco meses de negociaciones

Cuenta A. Rallo en Las Provincias que el 26 de julio expiró el contrato de alquiler de dos pabellones del antiguo Seminario de Moncada a la Fundación CEU San Pablo. Han pasado cuatro meses y la "buena voluntad de las partes" en la negociación todavía no se ha materializado en papeles y firmas.

El CEU ocupa desde 1977 las instalaciones propiedad de la Iglesia a través de un arrendamiento muy ventajoso para la entidad, según fuentes eclesiales. Pero el Arzobispado de Valencia consideró que ya había llegado la hora de que los precios se adecuaran al mercado. La cantidad que percibían hasta la fecha resultaba "anacrónica", según comentaron en su día. Pese a esta situación de incertidumbre entre las partes las clases arrancaron con absoluta normalidad.

La prioridad parece ser la de evitar enfrentamientos entre ambas instituciones. Desde el CEU se insiste repetidamente en "que no hay ningún problema" y que se trata "de una negociación entre partes amigas".

Sin embargo, desde que se anunció el fin del contrato han transcurrido cinco meses y, por el momento, "no hay acuerdo". Nadie ofrece una razón de por qué no se ha logrado llegar a un consenso pese a que los contactos son fluidos por las dos partes, y las fuentes consultadas sostienen "que la cosa marcha bien". Al parecer, según las mismas fuentes, se han encargado estudios para determinar el precio de mercado de un arrendamiento de esas características.

Cuando el Arzobispado envió un requerimiento al CEU en el que informaba del fin de la relación contractual, puso sus cartas sobre la mesa y anunció su intención de destinar los dos pabellones a diferentes proyectos, como una residencia y una casa sacerdotal. De momento, se sigue negociando.

Ese comunicado ya fue en sí mismo una declaración de intenciones, una medida de presión: o se aumenta el importe del arrendamiento o pondremos en marcha nuestros planes.

Mensaje conciliador

El mensaje desde la Fundación San Pablo CEU siempre ha sido, no obstante, conciliador. Únicamente mostraron su extrañeza de que se hubiera difundido públicamente el citado requerimiento. Además, durante los días posteriores al anuncio, el Arzobispado se mantuvo firme en sus intenciones: dar por extinguido el contrato y dedicar los pabellones a nuevos proyectos. Desde la institución eclesiástica se lamentó el profundo "quebranto económico" que habían causado unas rentas tan bajas. Ninguna de las partes facilitó la cantidad exacta del alquiler para no perjudicar las negociaciones.

Las relaciones entre el Arzobispado de Valencia y la Fundación CEU San Pablo no atraviesan su mejor momento. La creación de la Universidad Católica, apuesta personal del cardenal arzobispo García-Gasco, fue la gota que colmó el vaso. Además, el CEU también aspiraba desde hace tiempo a impartir Medicina, pero la Católica se adelantó.

No es el único alquiler que el Arzobispado ha renegociado en los últimos meses. El edificio de Caixa Catalunya en el centro de Valencia (calle Pascual y Genís, 2) pasó a ser propiedad de una fundación dependiente del Arzobispado en virtud de una herencia de 1951 que se descubrió hace unos años tras morir el último de los herederos.

El alquiler que pagaba la entidad rondaba los 7.000 euros por todo el edificio, una cantidad insignificante para un inmueble en pleno centro de Valencia.

El Arzobispado, a través de la fundación, pretendía obtener cuatro veces más para los fines de la entidad caritativa. Al parecer, se llegó a un nuevo contrato con la entidad. Pero los detalles del acuerdo no han trascendido.
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