Cierra el Seminario Mayor de Sigüenza

La directora, Nuria Goytre (analista financiera y de inversión), está tratando de encontrar subvención o la empresa que se haga cargo de las obras. “Parece que se vislumbra la esperanza de una empresa que podría tener interés en asumir aquello, nos ha dicho que esperemos porque está pendiente de concluir una obra grande, pero sólo podemos esperar unos meses” explicaba el obispo de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara, José Sánchez.
El Instituto les ha pedido que les den un margen de tiempo, porque las conversaciones para solucionar la financiación están en buen camino. Pero han de darse prisa, porque el convenio firmado exponía que, para el año que viene, habría de estar terminada la obra. “Habrá que darles más tiempo, es evidente, vamos a ver qué pasa” manifestaba el obispo.
En cualquier caso, no pueden esperar mucho más. En caso de que esta posibilidad no materialice en algo concreto, deberán comenzar de nuevo todo el proceso de sacar la propuesta para que alguna empresa interesada quiera quedarse con el edificio.
“Este intento ya lo hemos hecho varias veces, para uso hotelero por ejemplo, pero es un edificio muy grande y que es complicado de llevar, porque hay que respetarlo y cuidar su infraestructura” manifestaba monseñor Sánchez.
Exponía el obispo que, aunque desde fuera pueda parecer que las obras que se han llevado a cabo son un “destrozo” porque se ha vaciado por dentro, en realidad es una obra de saneamiento “muy fundamental, porque había que eliminar humedades y, en cualquier caso, para comenzar a construir habría que haberlo hecho, así que es trabajo adelantado” apuntaba el prelado.
Por otra parte, anunció que lo que sí que es importante comenzar a acometer, es la reforma de los tejados, que se encuentran en muy malas condiciones. “Si no encontramos una salida, tendremos que hacer nosotros la restauración de las cubiertas que necesitan una reparación urgente” adelantaba.
Falta de vocaciones
El cierre del Seminario Mayor de Sigüenza se debe a la falta de vocaciones. “Me planteo que debería haber hecho para conseguir un seminario lleno, pero también, les pregunto a los sacerdotes qué hacen que no me mandan nuevos seminaristas. A las familias, les pregunto porqué no se cultiva la vocación entre los niños y los jóvenes” decía el obispo y añadía “estamos en una crisis seria de vocaciones y todos deberíamos hacernos esa pregunta”.
Añadía monseñor Sánchez que si las vocaciones no nacen en las familias y se alimentan en las parroquias con la catequesis, etc., no habrá nuevos seminaristas. “Vivimos en una sociedad que ofrece mejores posibilidades de vida en otros campos. La vocación es un don de Dios, siempre ha sido difícil tomar la decisión de entrar en el seminario. Antes había más ambiente, hoy tienen otros educadores que son las pantallas grande y chica: internet y televisión, donde no se respira la vocación” manifestaba el obispo.
Para argumentar esta afirmación contaba un caso que, hace poco, le relataba un profesor que, entre sus alumnos, tenía a uno interesado, pero que no daba el paso porque tenía miedo a lo que le dirían sus amigos, a que se rieran de él. “¡Con un clima así…!” lamentaba Sánchez y añadía que habrá que “rezar más. Este año hemos dedicado el año a las vocaciones. Hay que esperar y ver el mundo en perspectiva”.
Sostuvo que “este problema lo tuvo América y les mandamos misioneros, ahora, nos tendrán que devolver sus misioneros”.
Problemas para atender las parroquias
El hecho de que haya menos sacerdotes está creando problemas a la hora de atender las distintas parroquias. “Nosotros no vivimos una situación tan precaria como otras diócesis” afirmaba monseñor Sánchez. Manifestaba que hay que redistribuir el clero y acostumbrar a la gente a que no puede ser “en todos los pueblos la procesión a las 12 y en todos los pueblos a la vez. Hay que replanteárselo” concluía.