Fouad Twal: «No parece que la situación aquí vaya a permitir el viaje del Papa»

La polémica entre el Rabinato de Jerusalén y El Vaticano por la readmisión de un obispo lefevbriano acusado de negar el Holocausto ha enrarecido el clima diplomático que precede al posible viaje del Papa a Tierra Santa a mediados de mayo, una visita anhelada por los católicos de la región, aturdidos aún por la última incursión israelí en Gaza.Todo ello lo aborda Fouad Twal, patriarca latino de Jerusalén, en una entrevista de Enric Roig en Abc.

-¿Esta guerra ha dejado muertos también entre los cristianos?

-Sí. En Gaza hay unos 3.000 cristianos; 300 son católicos latinos, y los demás ortodoxos o protestantes. Aunque en este caso no deberíamos hacer diferencias ni siquiera entre musulmanes y cristianos. Cuando una bomba cae del cielo no pregunta quién es cristiano y quién es musulmán.

-No se habla de cristianos israelíes. ¿Es que no los hay?

-¡Por supuesto que los hay! El 2 por ciento de los árabes de Israel son cristianos. Son una minoría dentro de la minoría árabe del país. Y si no se habla tanto de ellos es porque no viven en condiciones tan duras. Gozan de seguridad social y de educación como cualquier otro ciudadano israelí. Pero el hecho de que los niños y las niñas de Gaza sean los más necesitados de la diócesis hace que nuestros cuidados se dirijan a ellos en primer lugar.

-La pequeña comunidad de hebreos cristianos de Ber Sheva también debió sufrir con los cohetes que Hamas lanzó a la ciudad.

-Sinceramente, no creo que se pueda comparar. Vaya por delante que me opongo rotundamente a los cohetes. Pero hay que decir que, aparte de ruido y miedo, causan pocos daños. Hamás ha lanzado unos 500 misiles y ¿cuántas víctimas ha habido? Cuando se habla del conflicto es absurdo discutir sobre cohetes y misiles. Hay que ir a las causas del conflicto. ¿Por qué hay guerra? Si nos ocupamos de las causas lograremos evitar las consecuencias. Y es que la única consecuencia de la violencia es más y más violencia. ¿Qué nos ha dejado? Más estupidez que nunca.

-La visita del Papa será de gran ayuda para Tierra Santa...

-Sí, pero todavía no es oficial.

-¿Se está preparando de algún modo?

-Bueno, se han organizado algunos comités para prepararla. Pero nos damos cuenta de que la situación actual no es la mejor para recibir al Santo Padre. Esperamos que todo se mejore, y entonces la visita del Papa será una bendición para todos. Nos ayudará a mejorar las relaciones ecuménicas entre cristianos, y la relación entre Israel y los árabes. Al fin y al cabo, el Papa es el Padre común de todos. Pero por ahora...

-¿Él quiere venir?

-Sí, quiere venir. La conferencia episcopal lo ha invitado y a su vez los estados de Israel y Jordania también lo han invitado. Él quiere venir, y nosotros queremos que venga, pero la situación no parece que lo vaya a permitir.

-¿Qué se prevé entonces?

-Es posible que tengamos que posponer el viaje.

-¿Qué cuestiones le gustaría solucionar antes del viaje papal?

-En primer lugar, lograr que la gente viva una vida normal: que puedan moverse sin necesidad de pedir permisos, sin cruzar «checkpoints», sin estas estúpidas fronteras, sin muros... En segundo lugar, me gustaría que se normalizaran las relaciones entre la Iglesia y el Estado de Israel: que se llevara a término el Acuerdo Fundamental de 1993. Y con eso, que seamos libres para realizar nuestra labor pastoral de Iglesia.

-Me gustaría que nos hablara de la emigración de los cristianos.

-La emigración es un fenómeno humano que afecta a todos: judíos, musulmanes y cristianos. Aún así, no deja de preocuparnos. Y no sólo a nosotros. Tanto el gobierno de Israel como el de Jordania nos han animado a cuidar nuestra comunidad cristiana y a buscar soluciones para que mantengan la esperanza y la alegría de permanecer aquí.
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