María nos invita a rezar

Por otra parte, noviembre en nuestro país, es un mes dedicado a celebrar el nombre de la Virgen María, verdadera testigo del amor de Dios a los hombres y mujeres a través de su Hijo Jesucristo. Hoy, cuando la maternidad se empobrece cada día más al punto de querer legalizar el aborto, la Virgen nos da una enseñanza magistral al decir sí a la vida a pesar del juicio de su entorno, a pesar de su precariedad, a pesar de su juventud, a pesar de su incertidumbre en lo que vendrá en un futuro. Ella se apoyó en Dios con la certeza de que su hacedor siempre se manifestaría en la vida de su Hijo y en la suya.
No dejemos pasar esta oportunidad para acercarnos a María. Este mes es una gran ocasión para crecer en la fe y en el amor. El principal llamado que nos hace la Virgen es a la conversión. El hombre, creado por Dios, sólo en Él encuentra la felicidad. La Virgen María nos invita a poner a Dios en el primer lugar de nuestras vidas, para así encontrar la verdadera paz en nuestro corazón, especialmente en este mes, a través del rezo del Santo Rosario. La Virgen nos invita a rezar esta humilde oración con el corazón y con atención, ya que la misma nos permite contemplar los misterios más importantes de la vida de Jesús. En la oración podemos encontrar luz y sabiduría aún en aquello que nos parece imposible.
Por otro lado estamos prontos a terminar el año litúrgico y empezar uno nuevo con el impulso que nos da el vivir el tiempo de adviento como preámbulo de la celebración del nacimiento de Jesús. Sin duda, que aún quedan innumerables tareas por realizar para que el nacimiento del salvador sea también un renacer de cada uno de nosotros a una renovada vida en el amor y el servicio a los demás. A todos les envío mi bendición y los animo a continuar dando testimonio de fe y apoyarse en el buen Dios. No perdamos nunca la esperanza, no desfallezcamos, somos hijos de Dios y Él nos ama y por lo tanto nunca nos dejará solos.
Fernando Chomali, arzobispo de Concepción (Chile)