El arzobispado construye una residencia a García-Gasco en el seminario de Moncada
Después, el cardenal ya ha anunciado que desea vivir "entre Valencia y Madrid", los dos lugares donde ha desarrollado su carrera eclesiástica. Con ese fin, el Arzobispado de Valencia le ha preparado un apartamento en el Seminario de Moncada, confirmaron ayer fuentes oficiales.
El objetivo, agregaron, es que el alojamiento sirva para otros arzobispos eméritos. Claro que el único, por ahora, es García-Gasco y Osoro tiene 62 años, así que le falta aún bastante para la edad de jubilación (75 años). "Una pequeña vivienda, una cosa sencilla". Así definieron ayer la residencia que el cardenal tendrá en Valencia a partir de abril.
Se trata de la antigua zona de huéspedes del Seminario, un complejo terminado de construir en los años 50 por el arzobispo Marcelino Olaechea. Da a la fachada principal del edificio, contenía habitaciones y, al necesitar una reforma y modernización, se ha aprovechado para habilitar un alojamiento para García-Gasco de cara al momento que tenga que abandonar el Palacio Arzobispal, señalaron ayer algunas fuentes.
Como área de huéspedes, el visitante más ilustre que ha tenido este espacio es Juan Pablo II, que pasó por estas dependencias durante su viaje a España de 1982: estuvo en Valencia el 8 de noviembre de aquel año y uno de los actos del programa lo llevó al Seminario.
Un problema moderno
El alojamiento de los prelados eméritos es un problema que antes no tenía la Iglesia, ya que los obispos no se jubilaban. La norma se impuso a partir del Concilio Vaticano II como una forma de renovación de la Iglesia.
En Valencia no vivía un titular de la diócesis jubilado desde los años sesenta: precisamente, el citado Olaechea. Este, tras aceptar Pablo VI su renuncia en 1966, se retiró a un piso de la calle Pintor López de Valencia, hasta su muerte en 1972.
Los arzobispos posteriores no se enfrentaron a esta situación. José María García Lahiguera se marchó a Madrid al acabar su mandato en 1978; allí se alojó en la casa madre de las Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote hasta su muerte en 1989. Miguel Roca Cabanellas -el predecesor de García-Gasco- murió en accidente de tráfico cuando aún era el titular de la diócesis (1992).
La zona de la futura residencia del cardenal no tiene nada que ver con las alas del Seminario que tiene alquiladas el CEU-San Pablo desde 1977 para su colegio y universidad y sobre las que mantiene un conflicto con el arzobispado. El asunto estalló el pasado verano, cuando la autoridad eclesiástica -propietaria del inmueble- conminó a la entidad de la Asociación Católica de Propagandistas a abandonar las instalaciones si no accedía a actualizar el precio de los alquileres, calificados de "anacrónicos y desfasados" por el arzobispado, al estar estancados desde hace 31 años. El enfrentamiento se plasmó en encendidos comunicados de prensa.