(RD/Ep).-El arzobispo de Valladolid,
Monseñor Braulio Rodríguez, aseguró en su Carta Pastoral semanal que el primer problema del inmigrante es 'la responsabilidad de los poderes públicos', que han 'aceptado' su llegada a España en muchas ocasiones, a su juicio, para resolver 'la falta de mano de obra en tareas que los españoles han abandonado'.
En el marco de la celebración hoy de la
Jornada del Emigrante y el Refugiado, el prelado aseguró además que esta situación se ha dado 'hasta la llegada de la crisis económica', mientras que ahora, la Comunidad eclesial, ha quedado afectada, pues es parte de esa sociedad española 'en la que viven estos emigrantes'.
En esta línea, apuntó que la Iglesia católica en Valladolid con sus organizaciones, como Cáritas o Red íncola, trata de acoger a estas personas 'en su totalidad' y acercarse 'a la realidad de sus alegrías, sus tristezas y nostalgias, su dolor y su angustia, y también su
esperanza de un futuro mejor'.
Asimismo, aludió a la joven
Delegación diocesana de Migraciones, agrupación 'abierta' a todos los emigrantes, pero sobre todo 'a los católicos venidos de otros países, algunos tan cercanos a nosotros como los hispanoamericanos'. Esta Delegación diocesana, sin embargo, no está en su opinión 'para hacer proselitismo católico', sino para realizar 'un servicio integral a la persona, que en tantísimos casos, eso sí, es religiosa'.
Por otro lado, en la misiva, a la que tuvo acceso Europa Press, Monseñor Braulio Rodríguez afirmó que es preciso
que los católicos emigrantes 'se sientan en su casa, la Iglesia católica, y se integren en las comunidades parroquiales con todos los derechos, aunque cueste un tanto no vivir con todo su calor las legítimas tradiciones religiosas que de un lugar a otros difieren'. 'Todos tenemos que hacer un esfuerzo', añadió.