Barriocanal, el laico con más poder en la Iglesia española
Criado a los pechos de Don Bernardo, el fallecido amo de los cuartos de la Iglesia española durante décadas, Fernando Giménez se curtió como profesor en la facultad de Económicas de la Universidad Autónoma de Madrid, donde llegó a ser decano. Un decano de los Kikos en una Universidad "roja", donde es querido y respetado por todos.
Allí entró con poco más de 22 años de la mano del profesor y autoridad en Contabilidad Moisés García, del que aprendió gran parte de lo que sabe. Y allí sigue, en el despacho 314. Un despacho sencillo, con muebles de Ikea y un icono del Camino en la pared.
Porque Fernando Giménez no oculta su pertenencia al Camino. Se siente orgulloso de la asociación religiosa que da sentido a su vida. Y sabe dar razón de su fe. Sin grandilocuencia y con lenguaje muy pegado a la vida.
Barriocanal no deja la Universidad a pesar de su carga de trabajo en la CEE, en la Cope y en Popular TV, porque de la Universidad vive. Y eso le da una libertad total de movimientos. Para decidir en conciencia lo que considera mejor para las empresas de la Iglesia.
Con decisiones arriesgadas (Buruaga en La Mañana o César Lumbreras en La Tarde). Con jugadas maestras (Paco González en Deportes) y con decisiones valientes. No se casa con nadie. No vive de sus cargos. Puede actuar con total libertad. Y parece que el cardenal Rouco le ha dado carta blanca.
Si le salen bien las apuestas y consegue primero sanear y después salvar la Cope y Popular TV, habrá que ponerle un altar. O casi. Pero si falla ( y es consciente de ello), no serán pocos los laicos y los obispos que se las harán pagar. Y muy caras.
Tiene capacidad, preparación y experiencia. Y, además, Fernando Giménez tiene otra cosa muy importante a su favor: que es sencillo, afable, sabe estar, se las apaña a las mil maravillas con los periodistas y da buena imagen de la institución. No tiene techo. O eso parece.
José Manuel Vidal