Es tan conservador en lo doctrinal como valiente en lo social. Hay que reconocer que al obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, le sobran agallas. No sólo es capaz de resistir en una diócesis cuyo clero le recibió de uñas mayoritariamente, sino que, poco a poco, se va consolidando y asentando. Con la ayuda de su hermano cura incluida. Una valentía de la que acaba de hacer nuevamente gala. Con una excelente homilía en Azpeitia, en la fiesta de San Ignacio.

Ante lo más granado del ámbito social, político, financiero y eclesiástico de Euskadi, Munilla pronunció una sincera, clara, directa y esperanzadora homilía sobre la crisis. Y, como en él suele ser habitual, sin irse por las ramas.

De hecho, acusó directamente a los políticos y a los banqueros de ser los culpables de la crisis, que tanto dolor está ocasionando entre los más desfavorecidos. Y les pidió responsabilidades. ¡Toda una denuncia profética!

UN mensaje acompañado del anuncio esperanzador de la posible salida del túnel de la crisis. De la mano de Dios y de la solidaridad.

Por eso, el prelado vasco, además de predicar invita a sus curas y fieles (empezando por él mismo) a dar una de las dos pagas extraordinarias a las víctimas de la crisis.

¡Bravo por monseñor Munilla! Mientras, Rouco y la CEE se quedan cada vez más sólos en su silencio ante la crisis. Ya le abandonan(en eso, sólo en eso, por ahora) hasta los suyos. ¿Dará su brazo a torcer el presidente del episcopado? Ya veremos. Después de vacaciones, si no le queda más remedio o si lo "obligan" sus pares.

José Manuel Vidal