Cañizares o Rouco, a Roma
Nadie sabe a ciencia cierta qué es lo que está cociendo el Papa. No hay camarillas y los chismes circulan cada vez menos. Sin embargo, los angelitos romanos aseguran que Benedicto XVI prepara la reforma de la Curia para el próximo mes de agosto. Una reforma que pretende "adelgazar" el aparato burocrático romano. El Papa Ratzinger es enemigo de la burocracia.
Para eso, está diseñando una profunda remodelación de dicasterios. Suprimirá varios y reasignará competencias a otros. Por ejemplo, Catequésis pasará a depender directamente de Doctrina de la Fe, con lo cual se subrayaría la importancia que el Papa les concede a ambas. En ese caso, Doctrina de la Fe, pasaría a ser, como antaño, el dicasterio por excelencia, posicionándose por delante de la Secretaría de Estado.
Catequesis abandonaría, pues, el dicasterio del Clero, en el que estaba hasta ahora. Pero, en compensación, Clero recibiría Seminarios. Por otra parte, se prevé que a Clero se le de una impronta muy canónica o muy del Derecho Canónico.
Y ahí es donde entrarían en liza nuestros dos Antonios. Rouco es experto en Derecho Canónico y Clero podría ser su retiro dorado. Pero en Madrid juran y perjuran de que no se va a mover. A no ser que el Papa le obligue.
Cañizares es experto en catequesis, la competencia que probbablemente pierda Clero. Eso juega en contra de su marcha a Roma. En canbio, juega a su favor el que haya sido recientemente nombrado miembro de la Comisión "Ecclesia Dei", encargada del diálogo con los lefevbrianos. Esta comisión depende directamente de Clero y la está dirigiendo su prefecto, Darío Castrillón. El colombiano hace años que ha cumplido los 75 y parece amortizado para esta nueva etapa. ¿La presencia de Cañizares en "Ecclesia Dei" es un indicio de que podría sustituir al cardenal colombiano en Clero? Es posible y es probable. Se acercan días de gloria para el "pequeño Ratzinger".