Cáritas, la estrella de los Bravo, y demás rumores
Discreto y sencillo como siempre, su presidente Rafael Del Río agradeció el galardón y reconoció, con sinceridad, que, a veces, se sienten desfondados por no poder socorrer todas las necesidades que se les presentan. Pero aseguró que seguirán en la brecha de su labor samaritana en pro de los "apaleados de la sociedad".
Y por si quedaba alguna duda, tanto los obispos como los demás invitados les suplicaron que no cejen en su empeño. Cáritas no es sólo una de las instituciones más "apreciadas de la Iglesia, sino posiblemente una de las más cercanas al Evangelio", dijo monseñor Piris. No se puede merecer piropo mejor.
Y para que quedase claro que la Iglesia no barre para casa, desde el ámbito laico, otro de los premiados, el columnista de ABC, Ignacio Camacho, calificó a Cáritas de "última trinchera frente a la exclusión social" y "el mayor símbolo de esperanza que queda en pié en medio de esta crisis". Y concluyó: "Por Dios, no desfallezcáis, no os desfondéis, porque os necesitamos".
Allí presentes y ruborizados, evitando el protagonismo, algunos de los que hacen posible el milagro de Cáritas. Su presidente Rafael Del Río o su dircom, Marisa Salazar, acompañada de todo el equipo de comunicación.
Entre las ausencias episcopales, la del obispo de Ciudad Rodrigo, Raúl Berzosa, miembro de la comisión y que otros años ha asistido. Quizás por la nieve. En cuanto a los presencias, los asiduos: el presidente, Piris, el arzobispo de la Seo de Urgell, Vives, y el arzobispo castrense, Del Rio. Este año, acompañados por el obispo de Teruel, el barbado monseñor Escribano. En la mesa presidencial, por vez primera, el vicesecretario de la CEE, José Gascó, y el consejero de la Nunciatura, un valenciano, que lleva unos meses en el cargo.
Los Premios Bravo, poco a poco, se van abriendo a la sociedad y van saliendo del jardín de la sacristía, pero todavía les cuesta. Y los premiados tienen que pasar varios filtros. Se echa de menos el que salgan, ya de una vez, al atrio de los gentiles. Tendrían un mayor eco social.
En los corrillos de los canapés se hablaba, sobre todo, de Cañizares y de Camino. Del primero, porque Juan Rubio lanzó la especie de que podría ser el sucesor del cardenal Sistach en Barcelona. "Descabellado -decía un monseñor presente en la sala-. ¿O es que queréis que le pase lo mismo que a monseñor Marcelo González?".
Y de Camino se comentaba su próxima salida del cargo de secretario y de portavoz de la CEE. Ya corren las quinielas sobre su sucesor o sucesores, si, al final, los obispos se deciden a separar el cargo de secretario del de portavoz. Rico Pavés suena como secretario, pero no se le ve como portavoz. Para ser la cara de la Iglesia se habla de un cura (cuyo nombre no damos para no quemarlo) o de una mujer. En este último caso, podría ser María Ángeles Fernández, la directora del programa televisivo 'Últimas preguntas'.
Lo que sí quedaba claro en todos los corrillos (o en casi todos) es que, en la propia Añastro, se está deseando que llegue la hora de ver salir a monseñor Camino del puesto. El pobre no tiene demasiados amigos ni en su propia casa. Y cuentan sobre él todo tipo de maldades...
Charla amena con Cristina López, la conductora del programa de la mañana de los fines de semana en la Cope y mi antigua compañera en el diario El Mundo. Radiante, sincera y muy cielina: defendiendo a la Iglesia por encima de todo, con razón o sin ella...
Se acerca, monseñor Del Río, tan amable y cariñoso como siempre. Como buen periodista que fue, tiene querencia por los medios y asegura que "no tiene enemigos en ningún sitio". Y por lo que se ve, todo el mundo se acerca a saludarlo. ¡Qué buen castrense y en la parrilla de salida para metas mayores!
Interesante el encuentro, breve pero enjundioso, con Valentí Miserach, maestro de capilla de la Basílica romana de Santa María la Mayor. El gran músico se deshace en elogios de su cardenal, monseñor Santos Abril, habla del oro del techo de la Basílica y de otros cotilleos romanos.
Y el penúltimo corrillo con Luis Esteban Larra y un grupo de combonianos, entre ellos, el que va a ser nuevo director de la revista Mundo Negro. Hasta ahora estaba en Sudáfrica y, desde allí, seguía a diario Religion Digital y Rumores de ángeles. Acaba de aterrizar, pero ya está iusionado con el proyecto de la que, sin duda, es la mejor revista en español sobre África y con el Encuentro, que celebran el 2 y 3 de mayo, con la presencia estelar del obispos sudanés Paride Tabán. ¡Qué tendrán los misioneros que irradian frescura, cercanía, espiritualidad profunda y Evangelio!
José Manuel Vidal