El arzobispado de Santiago de Compostela, con su titular monseñor Barrio a la cabeza, ha reaccionado de una forma espléndida al caso del Códice y a las preguntas suscitadas tras la detención del electricista infiel. Y ha reaccionado con diligencia, transparencia y suma rapidez. Lo esperábamos, tal y como decíamos y pedíamos hace sólo unos días. Conociendo a aquella Iglesia gallega, sabíamos que iba a actuar así, pero siempre cabe la duda, porque doctores tiene...Por eso, nos alegramos aún más de su acertada decisión.

Primero anunciaron que se va amontar una exposición con el Calixtino (con la presencia de la obra reencontrada unos cuantos días y con un facsimil, el tiempo restante). Una rápida, eficaz y brillante manera de aprovechar el "tirón" del Códice. Sólo falta que se habilite un lugar digno y blindado para que la exposición de la joya catedralicia sea permanente y pueda estar al alcance de los peregrinos y visitantes.

Y hoy mismo, el encargado de los cuartos, Daniel Lorenzo, ha ofrecido una rueda de prensa, en la que ha aportado todo lujo de detalles sobre los ingresos, los gastos, los desfases y demás asuntos pecuniarios. Para salir al paso de los que ya decían que la catedral era poco menos que una máquina de hacer dinero. Casi a la altura de Zara, el emporio del gallego Amancio Ortega. Ya quisiera el templo gallego...

En un mundo mediático y globalizado, hay diócesis que dan la cara y explican a los fieles y a los ciudadanos incluso sus intimidades dinerarias. Porque no tienen nada que ocultar. Enhorabuena a monseñor Barrio por su sabia decisión, en momentos de enroque silencioso y de cobardía disfrazada de prudencia.

José Manuel Vidal