La Iglesia de base, siempre por delante de la otra

Hay muchas iglesias en la Iglesia. Mucho pueblo de Dios, que es y se siente Iglesia. Y, en muchas ocasiones, salva la cara y suple las carencias y las excesivas prudencias de la Iglesia jerárquica. Los obispos en conjunto y la conferencia episcopal como su órgano colegiado callan, mientras el pueblo sufre y se va al paro y hasta tiene hambre y, por supuesto, dificultades para llegar a fin de mes. Negra crisis que pagan los que menos tienen. Como siempre. Y, mientras la CEE guardia silencio "rouquiano", algunos obispo sueltos y, sobre todo, la Iglesia de base gritan, denuncian, dan la cara y ejercen de Iglesia samaritana: "Consoldad, consolad a mi pueblo".

En estas últimas semanas proliferan las denuncias y los comunicados: valientes, sinceros, desgarradores. Como el de la HOAC y de de la JOC. O el de la Pastoral Obrera de Sevilla. Y, por supuesto, el informe FOESA de Cáritas, presentado ayer en Madrid. Tres gritos de las bases, mientros los obispos callan. Tres denuncias totales. Tanto de la crisis como de sus causas y sobre todo de sus consecuencias. Y también de los remedios que el salvador PP de Rajoy está implementando.

Mientras los obispos callan, la Iglesia de base denuncia la reforma laboral del Gobierno del PP y la tacha de "inmoralidad radical". ¿Por qué callan los obispos?

Es tan vergonzoso (ominoso) el silencio de la CEE que algunos obispos por su ucuenta y riesgo o en pequeños grupos están comenzando a unirse al coro de sus fieles y ejecer su labor de anuncio y denuncia. Lo acaban de hacer los de la provincia eclesiástica levantina. O los de la provincia eclesiástica de Asturias. O el obispo de Solsona y su "aldabonazo" de bajarse el sueldo y convocar a una "oleada de solidaridad".

¿A qué esperan Rouco y Camino? Que hablen ya. De tan afónicos se van a quedar mudos. Tan prestos para arremeter contra todo lo que huela a moral sexual y tan callados en todo lo que se refiere a moral social. La primera les molesta a ellos. La segunda molesta a los poderes públicos. Especialmente, en este caso, al PP, el partido que, a cambio de 'migajas' en la primera, les obliga al silencio en la segunda. Y así, la Iglesia, se torna sumisa y muda. Y deja de ser liberadora y samaritana.

José Manuel Vidal
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