El Papa también se divierte

Ayer por la tarde estuve viendo la fiesta bávara en honor del Papa en Castelgandolfo, retransmitida en directo por la CTV. Y disfruté con los bailes y la música bávara y, sobre todo, viendo a un Papa sonriente, feliz, divertido. Encantado, en medio de los suyos. Con los cantos y bailes de su infancia. Rodeado por su gente, hablando su idioma materno y acompañado por su hermano Georg.

Un magnífico testimonio de encarnación. De que se puede (y se debe) ser el pastor universal del catolicismo sin renunciar a las propias raíces. Lo universal no está reñido con lo nacional ni con lo nacionalista.

Un ejemplo papal de diversión y de alegría. Consuela ver reír con ganas al Papa, cosa que hizo en muchas ocasiones durante la hora que duró su concierto-homenaje. La risa y la sonrisa en su rostro lo humanizan, lo acercan a sus fieles y demuestran que sigue gobernando sereno la Iglesia. A pesar de los Vatileaks y de lo que le está costando limpiar la Iglesia y hacerle más pura y transparente. ¡El barrendero de Dios se ríe!

Una bella y agradable velada que el Papa Ratzinger concluyó con unas palabras improvisadas, que le salían del alma. Agradecido a los casi mil peregrinos y al cardenal Marx, que le montó el homenaje.

Después de los agradecientos a las personas, las alabanzas a su tierra: "Baviera es bella y su cultura, también". Llegó incluso a decir que, en una tierra tan fértil y bella, es más fácil ver a Dios a través de su creación.

Y pasó de lo concretó a lo universal, invitando al gozo y a a alegría. Porque la fe "nos dice que el mundo es bello". Y porque "es fuente de alegría y belleza, para vencer al mal en el mundo".

He disfrutado viendo al Papa intelectual y teólogo reír y disfrutar con lo suyos. ¡Ojalá se repita más veces! Los creyentes necesitamos también ver al Papa disfrutar, reír y divertirse. Remedando el adagio, un Papa triste esun triste Papa.

José Manuel Vidal
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