¡Pobres padres del cura de Noez!

Oraciones por los padres del cura y petición de responsabilidad a los formadores del seminario y al presbiterio de Toledo. Porque, ahora, todo el mundo quiere lavarse las manos. Los curas del arciprestazgo, porque apenas acababa de aterrizar en la zona. ¿Y sus formadores del seminario? Ese seminario de Toledo que pasa por ser el mejor de España. ¿Qué filtros se están utilizando, si es que los hay?. ¿O todo vale, con tal de lucir abultyadas estadísticas el Dia del seminario?
¿Y el compañerismo del presbiterio de Toledo, vivero de obispos? ¿Samuel no tenía amigos? ¿Ni siquiera los de su curso? ¿Ni padre espiritual, ni compañeros que velasen por él y le echasen una mano? ¡Qué soledad! Un cura se muere por dentro y sus compañeros ni se enteran. Y, ahora, se llaman a andanas.
Alguien debería asumir responsabilidades entre el alto clero de Toledo. Sobre todo por el antes de los hechos. Pero me temo que nadie lo haga. Y las cosas seguirán como hasta ahora. Al cura se le recluirá en un monasterio una larga temporada y, después, se le cambiará de parroquia (lo más lejos posible de Noez) o se le mandará a misiones. A reparar sus culpas. Y en Toledo y en otras partes, seguirá habiendo curas desesperados por dentro y muertos de soledad por fuera.
A mí, todo esto me da pena. Por el pobre muchacho (sólo y abandonado con sus vicios y sus neuras). Por los curas, que añaden un baldón a su imagen. Por la Iglesia, que sufre una nueva mancha en su ya escasa credibilidad pública. Por el seminario de Toledo, que queda en entredicho. Por el presbiterio de la diócesis que queda en evidencia. Y sobre todo, por sus padres, que sufren, con el corazón desgarrado, el escarnio público de su hijo, otrora orgullo de la familia.
José Manuel Vidal