Prado Nuevo sin Amparo

La muerte de la fundadora suele ser uno de los momentos más críticos en la existencia de una asociación. Y, más si cabe, al tratarse de una organización religiosa como la creada por la fallecida Amparo Cuevas, la vidente de El Escorial. Es el momento de inflexión para la Asociación pública de fieles reparadores de Nuestra Señora La Virgen de los Dolores.

Aunque, desde hace años, la asociación venía funcionando ya sin la guía directa de Amparo, muy enferma y postrada en una cama, su sola presencia infundía valor a sus numerosos seguidores y ardor evangélico a la comunidad de monjas, sacerdotes y familias consagradas que nació y se consolidó a la sombra de la vidente y de sus apariciones. Ahora se quedan sin el amparo de su Amparo.

Pero la pérdida de una fundadora también puede consolidar su obra. Sobre todo si, como en este caso, se encuentra en una situación pujante económica y religiosamente. Dicen los que la conocieron que era tremendamente humilde y que nunca quiso presumir de nada. Pero si quisiese, la sirvienta que vio a la Virgen en cientos de ocasiones en la encina de Prado Nuevo podría presentarse ante San Pedro con una obra repleta de abundantes frutos.

Los seguidores de las apariciones de El Escorial suman ya más de 100.000 en todo el mundo. Y su número sigue creciendo exponencialmente. Hay conversiones y curaciones físicas y espirituales. Todos los sábados afluyen miles de peregrinos a rezar, confesarse y cantar a la Virgen de El Escorial. Tantos que la Iglesia, siempre reacia y lenta a la hora de dar su aval a instituciones de este tipo surgidas de la base y al socaire de unas supuestas apariciones, no tuvo más remedio que rendirse a la evidencia de las pruebas.

El pasado mes de abril, el cardenal-arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, aprobó la construcción de una capilla en Prado Nuevo. Después de la capilla, vendrá una basílica y un nuevo Lourdes en los aledaños de Madrid.

Prado Nuevo no sólo cuenta a sus visitantes por miles, sino que presenta una obra pluriforme y consolidada. Una obra cuyo carisma se inspira en la espiritualiddad, sencilla y transparente de la sirvienta que habló con la Virgen. Una espiritualidad calcada de la de los primeros cristianos, que "lo tenían todo en común", todo era de todos y todo lo compartían.

De ese humus surgieron, desde 1981 y en un proceso lento pero seguro y eficaz, las tres ramas principales con las que hoy cuenta Prado Nuevo: una numerosa comunidad de familias que viven en comunidad; una floreciente comunidad de religiosas, que se dedican fundamentalmente a atender las obras de caridad y beneficencia de la asociación, y una comunidad de sacerdotes y seminaristas de 25 miembros. Es decir, Prado Nuevo tiene más vocaciones que muchas diócesis españolas.

Buenos frutos, aprobación eclesial de la Obra de El Escorial y la Iglesia seguirá investigando las apariciones. Y, aunque tarde en dar su veredicto final (algunas apariciones sólo se reconocieron pasados varios siglos), también se pronunciará sobre la vidente de El Escorial y las apariciones de la encina.

Mientras tanto, sus seguidores la veneran, siguen sus orientaciones espirituales y están convencidos de que la Iglesia terminará haciendo lo mismo. Porque "esto es una obra de Dios", dicen. Y añaden la frase de Jesús: "Por sus frutos los conoceréis".

José Manuel Vidal
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