Casi todos deseamos mantener una buena relación con el cónyuge, padres, hijos, familia, amigos y compañeros de trabajo. Pero en este terreno la debilidad humana es enorme. El amor propio, el temor, la pereza, y otras muchas pasiones dificultan llevar a buen término las relaciones amistosas. Al principio comienza el deterioro por alguna discusión. Para no reincidir en lo desagradable del reproche o la pelea verbal, muchos optan por refugiarse en sí mismos y callar, no comunicarse. ¡Una por una vivir tranquilos! – dicen.
Luis y Laura Rojas - Marcos, son muy conocidos, sobre todo el padre, psiquiatra famoso. La hija, psicóloga clínica, también promete subir al carro de la fama. Hace unos meses concedieron a la revista Magazine una entrevista compartida. Entresacamos de ella algunas ideas interesantes que nos ayudarán a robustecer nuestra debilidad en el trato con las personas que nos rodean.
Los conflictos entre quienes comparten algún sector de nuestra vida saltan pronto, aunque sean muy buenas las familias. Califican padre e hija las relaciones entre ellos de muy positivas. Y ofrecen una pista experimentada: hablar mucho; dialogar. No tapar con la manta del olvido ninguna cuestión que haya sido más o menos problemática. Partir siempre de la base de que ni padres, ni hijos, ni superiores y subordinados somos perfectos. Esta humildad tan elemental es el secreto de una buena convivencia.
“Nosotros hemos discutido – dice Laura – ¿quién no discute con su padre o con su hija? Pero ese mismo debate ha sido positivo. Lo malo es cuando no existe comunicación... Porque las diferencias persisten, y el conflicto forma parte de la naturaleza humana”[...] “He aprendido que la tarea principal de los padres es enseñar a los hijos a controlar sus propias emociones”.
Luis, el padre, remacha: “El autocontrol es una herramienta muy importante para los niños; hay que explicarles, dar nombre a las emociones y sentimientos para que ellos aprendan a manejarlos”. Por supuesto que esto no basta; es necesaria siempre por parte del que está arriba, una acogida total. “Todo ser humano necesita apoyo incondicional; queremos que alguien nos quiera, pase lo que pase”. La persona que crece sin un gran afecto forzosamente ha de ser conflictiva en un futuro.
Además de todo esto, es necesario tener sentido del humor; reírse con frecuencia; no dramatizar. El buen humor hace milagros en la convivencia; destruye momentos de tensión; ayuda a recobrar la calma; sobre todo cuando uno comprende que ha faltado y de una manera ingeniosa y ocurrente, sabe inculparse y quitar hierro al fuego. Y ser un poco generoso a la hora de perdonar. Como remate de todo, formular un propósito para que todo vaya viento en popa; sería éste: “Me decido a hacer la vida agradable a todos cuantos me rodean”. Después, a cumplirlo. De eso se trata.
José María Lorenzo Amelibia
Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com
Mi blog: http://blogs.periodistadigital.com/secularizados.php
Puedes solicitar mi amistad en Facebook pidiendo mi nombre Josemari Lorenzo Amelibia
Mi cuenta en Twitter: https://twitter.com/josemarilorenz2