1. Abismarse: Se da una quietud auténtica y profunda en Dios; y entonces mantenerse en quietud.
2. Abismarse: para el místico no existe algo más valioso que esta vivencia de unión extática.
3. Abismarse: a partir de esta experiencia, toda duda se desvanece.
4. Abismarse: se dan distintos tipos de experiencia de Dios en torno a la luz.
5. La luz del Tabor se ha dicho siempre que se su resplandor se transmite incluso al cuerpo.
6. Mirar y contemplar supone entonces una adhesión incondicional y un seguimiento inmediato.
7. Abismarse: quienes esto experimentan se sienten guiados interiormente. Ideas entresacadas de Hugo Enomiya Lasalle
José María Lorenzo Amelibia
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