Varios años he acudido a retiros veraniegos con amigos íntimos desde la adolescencia. En esos días nos hemos llenado de espiritualidad. Y cada año nuestro fervor e ilusión por la santidad va en aumento. Esta vida interior no la desconectamos de nuestro vivir diario. Y procuramos cada uno en nuestra profesión o ministerios rendir a tope y hacer todo el bien que podemos. Al dedicarse uno más a la oración, el Señor le pide más cada día. Y ahí viene el drama propio: unas veces le digo sí. Otras le digo... mañana o pasado mañana. Fuente de fracasos y de humildad. Y fuente de gozo cuando uno es fiel a tope al Señor.
Puedes mirar mi página web http://personales.jet.es/mistica
Más de 900 artículos del autor sobre la debilidad, enfermedad, etc. en
http://www.opina2000.com