Toda la liturgia de la "Iglesia doméstica", en la que los padres son los "sacerdotes", deberá concretarse en cada celebración en sus ritos, ceremonias, gestos, oraciones, cantos, etc. más convenientes. Llegar al detalle de cada uno de estos momentos cultuales de la familia, ha de ser, me parece, deseo de cada familia que intente vivir la fe de manera ferviente.
En nuestras parroquias se distribuyen con frecuencia por la Navidad breves rituales sobre la Bendición del Belén o del árbol navideño, o de la bendición de la cena de Nochebuena y nochevieja, o sobre la festividad de la Sagrada Familia y Reyes. Utilizadlo en esos días y guardadlo en un sobre.
Las Flores de Mayo y la Entronización del Sagrado Corazón de Jesús en los hogares disponen de bellísimas realizaciones. Si los tenéis a mano, guardadlos. Y habría que añadir ceremonial propio para cada una de las celebraciones y fiestas. Interesaría que cada familia vaya organizando su ritual. Conviene para ello interesar a los hijos en edad escolar.
Sugerirles que compongan una oración para el día del cumpleaños de papá, de mamá, de los abuelos y hermanos. Guardarlo para años sucesivos en un sobre. Y todos los sobres, en una carpeta.
Cuando vaya a llegar la cuaresma, buscar alguna lectura a propósito para aquellos días. Lo mismo en la Semana Santa y en Pascua. Con empeño podemos guardar en la carpeta distintas lecturas, catequesis, oraciones para poder leerlas en los días adecuados y hacer un rato de oración juntos. Y tener después material para los años venideros.
Si no hemos comenzado esta costumbre desde el inicio de nuestro matrimonio, por lo menos hacerlo desde ahora. Hablarlo con confianza en la pareja. Después, comunicar a los hijos esta iniciativa. Y empezar. A ver quién sigue esta hermosa iniciativa: ir guardando en una carpeta todo lo relativo a la liturgia familiar: fiestas insignes de la Iglesia, cumpleaños, inicio de vacaciones, efemérides distintas de tipo familiar... Que nuestro hogar sea una pequeña iglesia doméstica. Vivirlo con ilusión. Id componiendo el ritual familiar poco a poco, con verdadero fervor.