1.- El mismo Cristo en cuanto hombre no sólo fue sacerdote, sino también hostia perfecta. Hostia por el pecado, y hostia pacífica y holocausto. Me uno a tu sacrificio en calidad de sacerdote contigo, por haber sido bautizado.

2.- Cristo nos amó y se entregó por nosotros como oblación y hostia a Dios en olor de suavidad. Me uno a tu sacrificio en calidad de sacerdote contigo, por haber sido bautizado.

3.- El hombre necesita del sacrificio que le acerque a Dios para la remisión de los pecados que le han apartado de Él; para conservarse en gracia y en amor a Dios; para que el espíritu del hombre se una con Dios. Me uno a tu sacrificio en calidad de sacerdote contigo, por haber sido bautizado.

4.- El valor del sacrificio se mide por la calidad de la víctima. Tú eres, Señor, el sacerdote y la víctima de infinita calidad, Dios y hombre verdadero. Me uno a tu sacrificio en calidad de sacerdote contigo, por haber sido bautizado.

5.- Miras, Jesús, hacia Dios Padre, gloria a Ti, Dios Hijo; gloria al Padre y al Espíritu Santo. Nos reconcilias con la Santísima Trinidad. Me uno a tu sacrificio en calidad de sacerdote contigo, por haber sido bautizado.
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