1.-  Jesús estuvo en el desierto durante cuarenta días; en aquellos tiempos el diablo le tentó. Todo el tiempo estuvo sin comer, y sintió al final hambre. La tentación fue precisamente por este lado: "Si eres el Hijo de Dios haz que estas piedras se conviertan en pan". Y la contestación de nuestro Maestro fue clara: "No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios". La tentación hoy también nos viene de esta parte: comer, beber, gozar. Te pedimos, Señor, que sepamos dominarnos con prontitud en todas nuestras apetencias; que aspiremos más y más a las cosas de arriba.

2.- La segunda tentación: la vanidad. El demonio sube a Jesucristo hasta lo más alto del templo y le dice: "Si eres el Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque escrito está: los ángeles te sostendrán en sus manos para que tu pie no tropiece sobre piedra". Jesús le contestó: "Está mandado: no tentarás al Señor tu Dios".  Enseñanza: luchar contra la vanidad, contra la soberbia; no pretender ser más que los demás, ni famoso. Dominar estos movimientos. Ayúdanos, Señor.

3.- El demonio lo tienta por fin por el poder económico: Lo sube a un monte de donde se veía gran cantidad de riqueza y le promete darle todo si postrándose, le adora. Cristo lo echa de su lado y le dice: "Apártate de mí, Satanás, porque al Señor tu Dios adorarás y a Él sólo servirás". También tenemos que huir de esta tentación del poder económico; que no nos subyugue el dinero. Señor, danos generosidad para ser desprendidos con los necesitados.

José María Lorenzo Amelibia Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/

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