1.- Criticaban a Jesús de que acogía a los pecadores y comía con ellos, y el Señor les propuso la parábola del Hijo Pródigo. Es bien conocida esta parábola y vamos a sacar algunas enseñanzas de ella.
2.- Aquel muchacho se alejó del padre a tierras lejanas. A veces también nosotros nos alejamos de Dios a tierras lejanas. Creemos que lejos de Dios vamos a encontrar la felicidad y pasamos tal vez meses sin acordarnos de Él. Pero no hallamos la verdadera felicidad, porque lejos de Dios no la podemos hallar.
3.- Es necesario tomar una determinación: acercarse de nuevo a Jesús. Pedirle el don de la conversión, y Él nos lo concederá. La vida en apariencia no va a cambiar: los mismos trabajos y situaciones. Pero cambiará el modo de enfocar nuestra vida: Dios, en el centro; su voluntad, clara en nuestras vidas. En eso se notará que hemos decidido volver al Padre. Después, Dios irá suponiendo cada vez más en toda nuestra existencia. La oración brotará más del fondo del corazón. Vamos a proponernos en esta cuaresma volver a la casa del Padre con fervor. Con Dios lo podremos todo; sin Él, nada. ¡Danos, Señor, el don de la conversión, el don de la penitencia!
Te recomiendo mi página web http://personales.jet.es/mistica