Debemos conseguir esparcir por el mundo la semilla fecunda del amor de Dios. A su tiempo brotará, aunque nosotros no veamos los frutos. Yo suelo pensar que mucho de lo bueno que nosotros poseemos ahora lo sembraron, tal vez antes de nacer nosotros, personas del todo desconocidas que hoy gozan de Dios.
Cuanto más intenso sea ahora nuestro amor a Dios, tanto mayor será en un futuro la cosecha. Dios no pide a todos lo mismo. Ni pide lo mismo en distintas edades de la persona. Dios se acomoda a las circunstancias. Así, ¿qué puede pedir a un niño? Que invite a su padre a rezar; que aconseje bien a un amigo.
¿Y a un joven? Que con alegría desvíe a algunos amigos o conocidos del mal camino; que dé ejemplo y testimonio de alegría sana. ¿A un hombre maduro? Entrega total a su profesión y familia; buscar todos los rincones por donde pueda influir con su acción apostólica; que sepa permanecer horas con El, escuchar su voz y sugerencias y luego lanzarse a la acción.
Al célibe, al consagrado a Dios, puede pedir mucho más que los otros. A veces nada pide, porque no dejan muchos oír su voz. Se han hundido en las cosas del mundo y no quieren escuchar. Pero si atienden su voz, si practican con empeño la oración mental, el Señor les ha de pedir y sugerir acciones apostólicas muy concretas, y tal vez arriesgadas. Y les premiará incluso en esta vida con una alegría y paz incomparables. Estoy seguro.
Yo creo que tenemos que actuar ante la gente con nuestro ejemplo y con nuestra palabra sin ningún respeto humano. Como decía José Ignacio: - Si el que vende frigoríficos los anuncia y ofrece, nosotros también hemos de anunciar y ofrecer nuestra fe en Cristo. Eso sí, sin tratar de imponerla, sino con gran suavidad. Es menester dejar que actúe Dios, dejando después de la siembra tiempo.
Y que se dé cuenta la persona al convertirse que ella no da, lo que hace es recibir abundante de Dios, que ha venido a entregarse a nosotros. Dios se nos adelanta siempre, y El es quien provoca la acción del hombre. ¿No has notado tú muchas veces tu propia impotencia y cómo es Dios el que actúa, se da, incluso te inspira en la palabra? Lo importante es que vivamos enamorados de Dios. Entonces El actuará por medio de nosotros, se entregará por nuestra mediación y a nosotros mismos nos colmará de su amor.
Ver http://personales.jet.es/mistica
http://www.opina2000.com