EL FIN DE SEMANA

Sábado y domingo, asueto para gran parte de los trabajadores; es un logro importante del siglo XX que permitirá una mayor compenetración familiar. Conviene sacarles todo el jugo posible a estos días festivos planificando con inteligencia el fin de semana.


Más conforme con la ley del Señor será dejar el domingo libre de toda preocupación; por eso procurad que los hijos dediquen el sábado a redactar los deberes escolares y a estudiar las lecciones, de manera que al día siguiente sea la celebración gozosa de la Pascua.

Preparar La Misa

Realicé una encuesta con relación al domingo en un grupo de trescientos chavales de doce a catorce años. Gran parte de ellos ya no asistían a misa cuando se acercaba su adolescencia. ¡Curiosa incongruencia!: a la mayoría sus padres les mandaban cumplir con el precepto dominical, pero los educadores mismos no acudían. ¿Puede resultar extraño que los adolescentes en esta contextura dejen toda práctica religiosa ya a los trece o catorce años?



Dentro del grupo que habitualmente cumplen con el precepto, la mayor parte afirmaba que se aburría en Misa. Ésta es la realidad, pero puede remediarse preparando la Eucaristía en familia, ¡reto importante para padres fervorosos! Habría que comprar un misal donde se encuentran todas las celebraciones del año. El padre o la madre debieran leerlo antes, y el sábado a la noche explicar a los suyos de qué van las lecturas y cuál es la idea general de la fiesta. Me consta de varias familias que así lo hacen. He hablado con los hijos adolescentes y me han aclarado con expresividad: "Ahora le sacamos chispas a la Misa".

Y es que no podemos acudir a la Eucaristía como quien va a una película de cine; el resultado sería: no merece la pena, es aburrida; siempre igual. Pero eso no es la Misa; se trata de un encuentro con Cristo en la fe de su muerte y de su Resurrección; es la alegría del banquete pascual con el Señor; es la unión con todo el pueblo de Dios orante. Llevaremos allí nuestra hambre de Dios, y la saciaremos en la Comunión. Pondremos sobre el altar nuestras, proyectos y trabajos de la semana. Obtendremos fuerza para vivir unidos a Dios durante nuestras labores, descanso y relación con el prójimo. Para todo esto ayuda mucho la preparación de la Misa en familia.

José Marí Lorenzo Amelibia
Volver arriba