Magdalena Aulina con sus problemas eclesiales

Crítica Constructiva

También muchos santos han tenido serios  conflictos con la jerarquía. En días sucesivos expondremos distintos casos: hoy reflexionamos sobre la segunda parte de

Magdalena Aulina

aulina

             El 23 de diciembre de 1941 tuvo lugar en el palacio episcopal de Gerona el histórico encuentro entre el obispo de la diócesis y Magdalena, en presencia de cualificados testigos por ambas partes.             El prelado presentó a Magdalena unos puntos complementarios, no previstos en la entrevista, para que los suscribiera. A través de ellos se veía constreñida a aceptar aspectos que no respondían a la realidad.

             Se vio metida en un callejón sin salida.  El obispo exigía la firma. Don Marcelino Olaechea aconsejó que firmara para que viera el prelado que había en ella buena voluntad. Magdalena se hallaba sometida a una verdadera tortura moral y sicológica. Al fin firmó. Fue un acto de obediencia ciega en búsqueda de la paz.

            Más tarde se consiguió la aprobación diocesana de la obra y se extiende con brío por Navarra. Es elevada a Pía Unión en Navarra. En 1962 es erigida en Instituto Secular. Ahora tiene 10 centros en España, 5 en Italia, 4 en Francia; 3 en Puerto Rico y uno en Guinea.

             No sé cómo va la causa de beatificación de esta mujer que tanta labor hizo en el Reino de Dios. Pero cualquier día podemos verla en los Altares.

             Consecuencia: que los obispos son hombres falibles como todo el mundo. Que a veces se dejan llevar por estereotipos, amor propio, complejo de autoridad y poca humildad. Y es necesario que estos hechos sirvan de reflexión a los prelados de hoy para no caer en los mismos baches que otros compañeros suyos. Y lo mismo podemos pensar con relación a los dicasterios vaticanos. El aforismo que se suele decir: “Roma locuta, causa finita” (Ha hablado Roma, terminó la causa), no quiere decir que hayan acertado. El tiempo puede dar la razón a la otra parte. No vamos aconsejando la rebeldía, pero sí la constancia en seguir una causa justa.

                       Con frecuencia santos de primera magnitud han sufrido injusticias de superiores. Por eso conviene que no caigamos en la tentación de pensar que siempre el superior tiene razón. Y quien ostenta el poder ha de ser humilde, pensar que se puede equivocar, escuchar y no prejuzgar a nadie por sus apariencias, con ciertos criterios propios que pueden ser miopes o astigmáticos.

José María Lorenzo Amelibia                                         Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com              Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/  Puedes solicitar mi amistad en Facebook https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia.3                                          Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2

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