Una hora íntegra ha durado la comunicación del Prelado, y no se oía ni una tos. La atención de todos estaba centrada en la hondura y emoción espiritual del Pastor al dirigirse a sus sacerdotes. Impresionante por la hondura de fe y por la fuerza espiritual la conferencia que ha impartido el Arzobispo a los sacerdotes de la Diócesis, en las Jornadas Pastorales.
He aquí algunas de las ideas pronunciadas, llenas de unción:
"Mis palabras no son nada sin Él, sin Jesús. El protagonista es Él, que nos ilumina y da fortaleza, y está con nosotros porque estamos reunidos en su nombre... No vengo a hacer un programa de pastoral; ya existe. Hemos de estar centrados en Cristo mismo al que hemos de conocer, amar e imitar. Cada día más. Unidos juntos en la familia Trinitaria... Así me presento: pobre en lo que soy, y en la fortaleza de Cristo. Que todos juntos hagamos un proyecto común".
"Formamos una comunidad no psicológica, sino espiritual, la de Jesús nuestro Salvador. Él está con nosotros hasta la consumación de los siglos... Hemos de permanecer vigilantes en el amor. Vivir el mandamiento nuevo. Cristo nos invita a que seamos uno, no precisamente uniformes. La unidad es el reto fundamental de la Iglesia. Vivir la fraternidad en el amor. En esto conocerán que somos sus discípulos".
"Y es prioritaria ante todo nuestra santidad. Que tengamos pasión por ser santos. Que nos fiemos de Él que está con nosotros... Nosotros como sacerdotes tenemos la obligación de ser santos o por lo menos de pedirlo al Señor con insistencia. No nos cansemos de ser santos. Cristo ha apostado por nosotros... Y para la santidad, la oración; sin oración constante no podemos ser santos. Menos televisión y más oración. Nuestro descanso, allí, junto al Sagrario. ¿Cómo voy a hablar del Amado, si no estoy con el Amado?"
"Las comunidades cristianas han de ser verdadera escuela de oración. Que Cristo nos arrebate el corazón a todos. Todo marcado por la oración, la Eucaristía. Vivamos el Domingo, la Misa dominical... Estoy mirando para poner alguna iglesia o capilla en la Ciudad con exposición del Santísimo permanente, lugar donde siempre ha de haber personas en oración."
"Valentía pastoral en la confesión. Si no nos ponemos a confesar, nadie se confesará. Nadie va a entrar a la sacristía para pedirnos confesión. La confesión individual es lo más fructífero y necesario para las personas. Confesad, os lo pido en nombre de Dios".
Todas estas ideas pronunciaba el Señor Arzobispo desde su experiencia de fe. Con el fervor de un místico. Teñía de continuo sus afirmaciones con casos por él vividos. Hablaba de horas y horas pasadas por él en el confesonario, de cómo en el seminario decidieron que estuviera, en tiempo libre de los alumnos, algún sacerdote en el confesonario. Hablaba de cómo su "televisión" está en el Sagrario, de cómo es su descanso y su fuerza estar con el Señor. Contaba del temor que sentía sobre todo en los primeros meses de su vida de obispo de no ser eficaz, y cómo le parecía oír del Señor que le decía: "No temas, estoy contigo".
Nos felicitamos y agradecemos al Señor por la actitud de nuestro Pastor. Oremos para que su palabra mueva nuestros corazones hacia una renovación pastoral desde el fondo más profundo de nuestra vida de fe.
José María Lorenzo Amelibia
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