Piaba un pajarillo solitario,
Exhausto junto a la cruz de la montaña;
Llegó en revoloteo fatigado,
Como queriendo abrazar el alba.
Mas ante una acción tan imposible,
Regresó a la espesura a refugiarse.
Mi alma es cual tierno pajarillo:
Con timidez escala trascendencia.
El calor de Eucaristía, gran refugio,
Donde ansía reposo el alma entera.
Subir, y más subir hacia la altura,
Y regresar a la escondida sombra
Del altar, refugio de almas santas,
Y al bregar cotidiano de la vida.
Que el alma, fiel pájaro solitario,
En el altar su nido edificara.
José María Lorenzo Amelibia
Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com
Mi blog: http://blogs.periodistadigital.com/secularizados.php
Puedes solicitar mi amistad en Facebook pidiendo mi nombre Josemari Lorenzo Amelibia2
Mi cuenta en Twitter: https://twitter.com/josemarilorenz