1.- Contemplar a Jesús en brazos de su madre. Ella lo sostiene.
2.- Sentirme junto a ella tranquilo, como Jesús siendo niño.
3.- Quiero, madre, en tus brazos queridos, como niño pequeño dormir; y escuchar los ardientes latidos, de tu pecho de madre nacidos, que laten por mí.
4.- Dios te salve, reina y madre de misericordia. Vida y dulzura, esperanza nuestra.
5.- Dios te salve, a ti clamamos los desterrados, Hijos de Eva.
José María Lorenzo Amelibia
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