TEMA DEL RETIRO: CONSOLACIONES, DESOLACIONES, DOS PRUDENCIAS, DOS RAZONES

I CONSOLACIONES, DESOLACIONES

Dios me puede llevar por caminos de consolación o desolación. Normalmente se suelen alternar en nuestra vida estos dos caminos.

La consolación

1) Parece claro que según sea nuestro amor, así serán nuestros consuelos. Pero no siempre es así.

2) El amor al mundo nos da consuelos de mundo.

3) El amor a Dios nos da consuelos de Dios.

4) El amor a Dios está opuesto al egoísmo.

5) Los consuelos de Dios no los vamos persiguiendo, llegan cuando llegan.

6) Los consuelos de Dios son brisa en medio de la aridez y de la oscuridad.

7) Las visitas del Señor vienen por el amor a Él, dan paz y sosiego. Y purifican.

El claro – oscuro de la fe

1) Visitados por la fe tenemos a veces destellos de evidencia. Seguridad.

2) Atisbos del misterio: impresión de grandeza e inmensidad.

3) Con frecuencia, cierto ímpetu de generosidad.

4) También calo que abrasa el corazón.

Inspiraciones divinas

1) Nuestro cambio interior: tristeza, en alegría. Sueños, en realidad.

El silencio es muy importante, el exterior y sobre todo el interior.

Caminos de cruz

1) Purificación interior. Nos llevan a Dios.

2) A veces, consuelos; otras, desolación.

Corresponder a la acción divina.

II.- DOS PRUDENCIAS, DOS RAZONES

La prudencia de espíritu

1) Nos enseña lo que hemos de hacer en cada momento.

2) Lo contrario de la ligereza.

3) Ante todo, guiados por la prudencia del espíritu, hemos de imitar la vida de Cristo con sencillez, tanto en la vida contemplativa, como en la vida activa.

4) Hemos de gobernarnos por las verdades sobrenaturales, aunque a veces parezcan contrarias a la prudencia de la carne.

La prudencia de la carne

1) Guiados de esta falsa prudencia, a veces cambian algunos se juegan los bienes eternos a cambio de una comodidad.

2) La prudencia de la carne mira el egoísmo, lo que a uno conviene en el tiempo.

3) Muchos viven apegados a las cosas de aquí abajo. Resulta trágico quitárselo.

4) A la prudencia humana le parece un atraso la prudencia evangélica.

5) Si enfocamos bien la prudencia humana, desemboca en una prudencia evangélica.

El espíritu del mundo

1) Se fija en el placer, en la concupiscencia, no piensa en la vida total.

2) El mundo con frecuencia llama felicidad a lo que Cristo llama desgracia.

3) ¡Cuantos desenfrenados marchan tras los bienes del mundo!

4) “Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, todo lo demás se os dará por añadidura.

5) El mundo os odiará…

Examen práctico:

1) ¿Qué tal venzo el respeto humano?

2) ¿Me preocupa hacer el ridículo?

3) ¿Importancia en la selección de amigos?

José María Lorenzo Amelibia

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