EL VATICANO NO ES TODA LA IGLESIA

Por Pablo Garrido Sánchez
Cuando el concepto de Iglesia se sobre entiende como la totalidad de la cosa, hay que decir que “el Vaticano no es la Iglesia”. Los que vamos en la línea de ASCE no se nos ocurre cuestionar la existencia de la jerarquía en sí misma, aunque podamos establecer los matices oportunos en cuanto al modo de estar y ejercer dicha jerarquía. Siempre hubo la necesidad de realizar la distinción anterior, y en estos tiempos de forma renovada y actualizada. Claro está, no faltarán quienes ante determinados argumento y contenidos se acojan a la estrategia del victimismo, que ya no da tan buenos resultados.


Los papeles filtrados por Paolo Gabriele al periodista Gianluigi Nuzzi, que están publicados en español, en la Editorial Martínez Roca, revelan algo de las cloacas vaticanas. Y si se quiere complementar lo que recoge este periodista, podemos leer el trabajo titulado “Los cuervos del Vaticano” de Eric Frattini, en la editorial Espasa.

Más de veinte siglos de historia dan para mucho, el SEÑOR es rico en misericordia, menos mal. Pero en los momentos actuales indignan algunas posturas oficiales, que provienen de las máximas instancias. Al final las cosas se saben y todo ello no es ajeno a la acción del ESPÍRITU SANTO, que impulsa y esclare la verdad. A Paolo Gabriele lo han condenado las autoridades eclesiásticas, pero los de a pie tenemos mucho que agradecerle, y en general la propia Iglesia. Los medios de comunicación oficiales de la Iglesia echan un manto de silencio o disimulo ante todo lo que esos papeles filtrados contienen, pero es para salir corriendo. La cosa alcanza un carácter cualitativo distinto, porque no se trata de las indagaciones de un periodista más o menos honrado y acertado, se trata de testimonios directos que hablan de opacidad y comportamientos delictivos en el manejo de las finanzas, de grandes irregularidades en el funcionamiento de distintos dicasterios, de un Papa que se encuentra prisionero de una curia , fragmentada y enfrentada en grupos de poder, de elaboración de dossieres que de forma calumniosa pueden acabar con la vida y reputación de una persona. Todas estas cosas y otras, a la luz de los papeles filtrados y publicados han puesto de relieve que las cosas mencionadas ya no son meras calumnias de los enemigos de la Iglesia. Los enemigos están dentro, y muy dentro. Los que están dinamitando la verdad y la honradez están muy cerca de donde se realizan los pronunciamientos universales.

Todo lo anterior produce una gran desazón. Dos mil años de historia nos enseñan algo, pero aún nos queda bastante y se aceptan muy mal las críticas que se puedan hacer al sistema establecido; o mejor, no se aceptan. El eterno recurso oficial de argüir que se ataca a la Iglesia desde no se sabe qué posiciones. Quienes están debilitando la institución con su nefasto comportamiento son aquellos que teniendo los resortes del poder eclesial lo emplean de de forma torticera. Los que atacan a la Iglesia en primer término son los que mantienen estructuras opacas cuando a los demás reclaman transparencia. Los que debilitan a la Iglesia son aquellos que consideran que su poder y autoridad es divino y manejan resortes de ese poder con las prácticas más oscuras. La actual cerrazón vaticana a poner negro sobre blanco el asunto del celibato está en la misma línea de mantener hermetismo sobre otros asuntos, que al final salen a la luz provocando escándalo. No nos puede resultar ajeno el caso de Paolo Gabriele.

Pablo Garrido Sánchez
Es sacerdote dispensado y casado.
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