Debemos vivir con nuestros ojos bien abiertos. Observar a nuestro alrededor la cantidad de jóvenes educados en el lujo y el placer. Llenos de ideas falsas. Dentro de unos años nuestra sociedad va a vivir del todo paganizada si seguimos a este ritmo. Por eso ¡qué responsabilidad para cuantos estamos educando a la juventud! Debemos darles ideas espirituales, de dominio propio, de fuerza de voluntad, de amor al sacrificio.
Durante muchos años solo hemos oído hablar de compartir y hacer algo por los demás. ¿qué ha sucedido? Que es incompleta esta formación, que le falta el alma. Y el alma de toda entrega es Dios. El amor a Dios. Nosotros no lo vamos a olvidar. Si estamos llenos de amor a Dios por dentro, hablaremos de Dios.
Y nuestra actuación será llena y fructífera.
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