1. Sobre la perfección ordinaria está la santidad.

2. Elegir las criaturas más útiles para la santidad.
3. Preocupación mayor por la gloria de Dios y el olvido de mí mismo.
4. Inclinarse por la indiferencia sobre afecciones propias: salud, enfermedad, riqueza, pobreza...
5. El cuerpo no perece, es transformado, dominado, aceptado.
6. Olvido de sí mismo; morir poco a poco al apego, satisfacciones...
7. El sol de Dios brilla para iluminar los objetos grandes y pequeños.
8. Recordar el tercer grado de humildad: elegir en caso de igualdad lo más costoso.
9. Anonadarnos a nosotros mismos para vivir del todo en Dios.

José María Lorenzo Amelibia
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