1.- Estamos a comienzo de año. Me entrego a Jesús con toda mi alma. Señor, tuya es mi vida, tuya mi muerte y tuya mi eternidad. Ayúdame a vivir siempre de tal manera como si tuviera que entregar mi vida en ese mismo día.
2.- Acepto mi muerte como expiación de todos mis pecados. Quiero vivir y morir en vuestra santa fe, para que sirviéndoos en esta vida, merezca gozaros por siempre en la eterna.
3.- Ayúdame, Señor, a vivir como Tú, con el deseo y el gozo de dar gloria a Dios; y ayúdame a morir como Tú, entregando mi alma al Padre: "En tus manos, Señor, encomiendo mi alma".
4.- Gracias, Padre, porque esta vida no es muy larga, ya estoy en la última etapa, y otros, más jóvenes que yo, han dado el paso hacia Ti. Te agradezco el hecho de no temer la muerte con angustia.
5.- Espero con paz el día en que me llames. Me has librado de la angustia, y esto es un don divino. Me has enseñado a tener esta vida como un paso, y de prestado.
6.- Ayúdame, Padre, a vivir en consecuencia. Virgen María, díselo a Jesús, y en el nombre de Jesús, atiéndeme, Padre.
Ver página web http://personales.jet.es/mistica